Las acciones de mantenimiento se realizan para procurar la estabilidad en el tiempo de este lienzo de muralla, con la mano de obra de los técnicos egresados de la Etcar y la aprobación del Ministerio de Cultura.
Con el objetivo de garantizar la estabilidad en el tiempo del tramo de muralla ubicado entre el baluarte de la Cruz y el baluarte menor de San Carlos, cercano a la Institución Universitaria Mayor de Cartagena, conocido popularmente como la ‘Murallita del diablo’, la Escuela Taller Cartagena de Indias (Etcar) inició los trabajos para su conservación de acuerdo al Plan Anual de Mantenimiento aprobado por el Ministerio de Cultura.
Este lienzo de muralla en particular es uno de los más sencillos del recinto amurallado desde el punto de vista de su espesor, tiene una longitud de 60 a 70 metros lineales, y mide alrededor de 4 metros de altura. A causa de la inclemencia de la intemperie, el pañete o recubrimiento que protege la mampostería mixta de este tramo de muralla se ha ido perdiendo, razón por la cual, la Etcar llevará a cabo la aplicación de un mortero delgado muy similar al que se conserva en la base y la parte alta de este muro.
El director de Obras de la Etcar, Mario Zapateiro Altamiranda, explica que: “la mampostería que se encuentra al descubierto es de carácter mixto, es decir, que tiene piedras de origen calizo, de origen marino como las piedras pómez, y además tiene sectores conformados por fragmentos de tejas, por eso aplicaremos un pañete que evitará que esta composición física quede al descubierto, utilizando materiales que sustituyan de manera eficiente los que se conservan en la base y la parte alta del muro”.
Las actividades de mantenimiento en esta contramuralla se realizan con la mano de obra de los técnicos egresados de la Etcar, con la guía de su maestro de obras y la supervisión de la dirección de Obras de la institución.
Rafael Cuesta Castro, director general de la Etcar, afirma: “este mantenimiento que estamos realizando en la ‘Murallita del diablo’ sigue mostrando el compromiso que como institución tenemos frente a la conservación de nuestras fortificaciones. Tenemos cuadrillas de egresados de albañilería, jardinería, carpintería, soldadura y pintura también en el Castillo de San Felipe y en las fortificaciones de Bocachica, para que no solo nosotros, sino las nuevas generaciones, tengan la posibilidad de vivir su patrimonio”.
