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Fundación Gabo y Fundación Santo Domingo siembran árboles de macondo

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En un acto a propósito del Día del Árbol, las fundaciones sembraron los ejemplares en la Institución Educativa Gabriel García Márquez, de Cartagena de Indias.

No había mejor forma de celebrarlo: en el Día Nacional del Árbol, 10 macondos fueron sembrados en Cartagena de Indias, ciudad de los amores de Gabriel García Márquez, exactamente en un colegio que lleva el nombre del Nobel.

Con el apoyo técnico de la Fundación Verde que te Quiero Verde, una decena de árboles de esta especie esperan continuar creciendo en la Institución Educativa Gabriel García Márquez luego de un acto simbólico de siembra que lideraron la Fundación Gabo y la Fundación Santo Domingo. De esta manera, las entidades sellaron su alianza para trabajar conjuntamente en el fortalecimiento de colectivos de comunicaciones, compuestos por jóvenes de Ciudad del Bicentenario y Barú, en la capital del Departamento de Bolívar.

Ese macondo que Alexander Von Humboldt descubrió e identificó en sus exploraciones botánicas de 1800, y que crece, similar a la ceiba, en la zona del Caribe y el Darién colombianos, le dio nombre a una de las fincas de la región bananera que habitaba Gabo. Él tomó ese nombre y lo sembró en un universo imaginario que conocen muy bien sus lectores, como lo contó en Vivir para contarla:

“Lo había usado ya en tres libros, como nombre de un pueblo imaginario, cuando me enteré en una enciclopedia casual, que es un árbol del trópico parecido a la ceiba, que no produce flores ni frutos, y cuya madera esponjosa sirve para hacer canoas y esculpir trastos de cocina. Más tarde, descubrí en la Enciclopedia Británica que en Tanganyika existe la etnia errante de los makondos y pensé que aquel podía ser el origen de la palabra. Pero nunca lo averigüé, ni conocí el árbol, pues muchas veces pregunté por él en la zona bananera y nadie supo decírmelo. Tal vez no existió nunca».

Y aunque muchos jamás hayan visto un macondo, el Nobel de Literatura le dio una relevancia inusitada por la sonoridad de sus sílabas, que ha derivado en iniciativas de siembra de la especie, como esta, a propósito de la efeméride del 29 de abril en Colombia.

La otra semilla que germinará
En el marco de la alianza entre la Fundación Gabo y la Fundación Santo Domingo, 30 jóvenes de las comunidades cartageneras de Ciudad del Bicentenario y Barú podrán aprender herramientas de comunicación comunitaria, verificación de información y producción de contenidos digitales. También se formarán en diseño, creación, autogestión, emprendimiento y sostenibilidad de los colectivos de comunicación. Esa es la otra semilla que germina gracias a este esfuerzo conjunto.

“Desde la Fundación Santo Domingo Impulsamos el desarrollo de la región Caribe a través de proyectos que potencian el bienestar y el desarrollo de las familias y las comunidades. Esta vez, en alianza con Fundación Gabo, queremos que la identidad cultural de la ciudad llegue a los jóvenes y así propiciar espacios de comunicación que fortalezcan el tejido social”, afirmó Álvaro González Fortich, director territorial de la Fundación Santo Domingo.
“La Fundación Gabo quiere reafirmar su compromiso con el territorio y compartir con Cartagena, nuestra área de influencia, los aprendizajes que hemos recogido en 27 años de trabajo internacional”, dijo por su parte Jaime Abello Banfi, director general, de la Fundación Gabo.

“Hoy hacemos una siembra del legado de Gabo y esperamos que sus frutos correspondan a las aspiraciones del trabajo que haremos con estos jóvenes de Ciudad Bicentenario y Barú: transmitirles nuevas capacidades, herramientas, valores e inspiración. Que la comunicación se convierta en parte esencial de su ejercicio como ciudadanos, para buscar bienestar, para encontrar la manera de encauzar sus talentos y sus vocaciones, y para que no olviden que Gabo es su referente porque demostró que un muchacho del Caribe colombiano, si sigue lo que su corazón le dicta, y se consagra con disciplina y esfuerzo a sacarlo adelante, puede lograr el reconocimiento mundial”, manifestó el directivo.

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