Por: Bernardo Romero Parra
De las estrategias para combatir la pobreza, la educación es sin lugar a dudas la más importante, debido a que entrega a los seres las competencias para el desarrollo y ejercicio pleno de sus valores y dimensiones humanas. En Cartagena estamos en deuda de realizar un examen crítico a los objetivos y métodos pedagógicos que se utilizan en la práctica formativa ante las condiciones sociales de las comunidades, los contextos históricos y geográficos, así como las potencialidades económicas que tiene esta tierra, pero que ignoramos inexplicablemente.
Los resultados del ponderado de las pruebas Saber 11 del año 2023 para el departamento de Bolívar son preocupantes; de 616 instituciones educativas que participaron, los tres primeros lugares fueron para instituciones del sector privado: Corporación Educativa La Concepción, Colegio Integral del Norte – Sede Principal de Cartagena y Corporación Educativa La Concepción – Sede Principal Turbaco. Del sector oficial, el Colegio Naval de Crespo, Colegio Nuestra. Señora de Fátima de la Policía Nacional y la I. E. Soledad Acosta de Samper ocuparon los puestos 28, 34 y 46.
Los últimos lugares fueron para las instituciones: Islas del Rosario – Sede Principal, Lázaro Martínez Olier – Sede Principal de Mahates, y la I. E. de Tierrabomba. Dos del área insular de nuestra ciudad, donde la pobreza campea ante los tesoros naturales inexplotados de esa zona geográfica. Ese panorama, que se generaliza por Cartagena, denota las falencias de la práctica educativa en el sector oficial, lo que hace necesario formular y ejecutar verdaderos planes de educación, donde se incluya de forma real y efectiva a la familia y la comunidad como agentes responsables de la formación del estudiante como sujeto de instrucción.
La tarea del educador en cualquier ambiente solo es productiva si es acompañada por los padres de familia, quienes preparan la siembra de saberes con sus orientaciones en los hogares, por lo que si hay un buen comportamiento colectivo en barrios o veredas, las calles se convierten en ambientes educativos para el progreso humano, y no en lugares donde se aprenden malas mañas por doquier. De ahí que la labor del profesorado no puede estar aislada del contexto social como lo profetizó Paulo Freire.
Ante esa situación, proponemos al alcalde Dumek Turbay convocar al SUDEB, a las organizaciones de padres de familia y demás fuerzas vivas a firmar el pacto: “Unidos por una educación transformadora”, donde todos aportemos un grano de civismo para educar a las nuevas generaciones con el ejemplo.
*P. U. Comunicación Social Periodismo.
Especialista en Formación de Formadores.
