Por: Germán Danilo Hernández
Durante la Semana Santa de 2024 Cartagena experimentó una desbordada oferta religiosa, cultural y deportiva con características inéditas. La ciudad se convirtió en escenario incluyente para una variedad de actividades que disfrutaron por igual propios y visitantes.
Las nutridas programaciones desarrolladas en fortificaciones históricas, en templos, plazas, barrios, playas, centros comerciales y en las calles del recuperado Centro Histórico, fueron el resultado de una adecuada planeación y de la confluencia de esfuerzos por parte de sectores públicos, privado y comunidad.
Si bien el liderazgo, visión, gestión y capacidad ejecutora de la Administración Distrital fue determinante para el éxito alcanzado, el mérito es compartido con entidades privadas que de manera activa se sumaron a un propósito de ciudad, con decenas de artistas de múltiples vertientes, con medios de comunicación que proyectaron al país y al mundo lo que estaba ocurriendo en La Heroica, con anónimos y visibles personajes empoderados, y con una comunidad que aceptó y disfrutó la oportunidad de involucrarse en una dinámica de integración y proyección de identidad.
La oferta institucional de Semana Santa en Cartagena, acompañada de un componente de seguridad estratégica, marca un hito que genera compromisos de continuidad y de mejoramiento progresivo. Fueron muchos los aciertos logrados: el fortalecimiento de tradiciones gastronómicas, las oportunidades para la exhibición de talentos artísticos, incluyendo diversidad de géneros musicales que oscilaron entre cumbias, bullerengue, champeta, coros, magistrales piezas sinfónicas; actividades deportivas y recreativas que de manera simultánea se desarrollaron en escenarios naturales, en canchas de barrios y en calles de la ciudad, cerrando con la aglutinante y emotiva carrera 5K en el Centro Histórico.
Desde los esfuerzos privados merece la pena destacar el proyecto “Sabrosura, el musical”, que teniendo como escenario el centro comercial La Serrezuela es un espectáculo artístico y cultural de primer nivel, que bajo la orientación del talentoso Boris García, muestra una semblanza de la Cartagena de ayer y de hoy en medio de canciones interpretadas por icónicos artistas locales, vistosas coreografías de expertos bailarines, narraciones orales y producciones audiovisuales.
Esa iniciativa, y la experiencia vivida la semana pasada por la ciudad tienen caminos coincidentes; mostrar la historia y el presente de Cartagena con talento, calidad y responsabilidad no solo afianza nuestra identidad cultural, también enaltece la proyección que nos corresponde como Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad. En simultánea con la solución de las complejidades que nos afectan, es preciso hacer sentir al mundo que somos una sabrosura de ciudad.
