Por: Bernardo Romero Parra
Indignación es la palabra con que podemos definir los sentimientos y emociones de los ciudadanos que cada día vemos cómo aumentan los niveles de irrespeto a las señales de tránsito por conductores de vehículos y motos, quienes ponen en peligro sus vidas y la de los demás. Ejemplo es lo sucedido el día lunes 11 de octubre, siendo las 9:45 a. m. cuando el taxi en que viajábamos al Centro Histórico tuvo que parar frente al semáforo ubicado en la carrera 17 con calle 43 del barrio Torices porque estaba en luz roja, sin embargo pudimos contar a más de 20 mototaxistas que ignoraron la señal de pare como si esta no existiera, exponiéndose ellos y los pasajeros a ser arrollados por otros vehículos. De igual forma observamos que ya no llevaban un solo parrillero sino dos, para un total de tres ocupantes. La situación anterior se repite a lo largo y ancho de toda Cartagena, convirtiendo a las vías de esta urbe en zonas de alto riesgo para la movilidad vehicular y peatonal, que se agrava con la ausencia de las cebras y demás señales horizontales y verticales que deben tener las calles.
El domingo 3 de octubre las playas de Castillo y Bocagrande estuvieron llenas de visitantes en un día donde el sol jugaba a las escondidas con un aguacero que amenazaba caer, pero que al final de la tarde se desvaneció ante la fuerza del viento caribe. Eran las 5:30 p. m. cuando los bañistas en su mayoría habitantes de los barrios de la periferia iniciaron el regreso a sus hogares, pero encontraron que los taxistas decían que estaban ocupados, llevando los asientos vacíos y hasta los servicios de las plataformas virtuales desaparecieron, lo cual obligó a subir a una buseta repleta de pasajeros, donde observamos por las calles y avenidas que pasábamos a numerosos caminantes hacia el Centro como en una procesión de semana Santa.
El viernes 8 de octubre, 7:30 a. m. el viaje en busetón de Transcaribe, desde el Centro hasta el barrio Fredonia duró 45 minutos, al encontrar que en la avenida Pedro Romero hay un tránsito excesivo de vehículos y motos que ralentiza el flujo vehicular debido a lo angosto y mal estado de la calzada, lo que amerita en pensar y elaborar un proyecto de ampliación vial que responda a las necesidades de tráfico. Felicitamos a los conductores de Transcaribe por su pericia y paciencia ante las maniobras peligrosas de conductores que vienen de otras calles y sin hacer la escuadra debida invaden el carril principal causando trancones que se evitarían con la intervención de agentes reguladores. Ante lo expuesto el director del DATT tiene la palabra.
*P.U. Comunicación Social Periodismo.
Especialista en Formación de Formadores.