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Liliana Campos Puello, conocida como ‘La Madame’, rompe su silencio en televisión luego de su condena por trata de personas en Cartagena y aseguró que nunca esclavizó a ninguna mujer.
Que la prostitución sea el negocio más viejo de la humanidad es una cosa, que la ciudad más bella y turística de Colombia sea un prostíbulo a cielo abierto es otra, por eso la noticia de la captura de ‘La Madame’, Liliana Campos Puello, la que llegó a ser la matrona, dueña y señora del negocio del sexo caro en Cartagena es difícil de olvidar. Fue condenada, pagó en distintas cárceles y hoy a paz con la Justicia le dijo a la nena Arrazola, en la primera entrevista para televisión que jamás volverá a esa vida.
“Las niñas no querían trabajar casi con colombianos por el pago, ¿por qué? Porque eran líchigos, ‘que no, que eso está caro’, pero es que yo no estoy vendiendo, yo te estoy dando un mensaje de que ellas cobran tanto. En una semana yo llegaba a darles $12, $15 millones de pesos en un sobre o más”. Así era hace unos seis o siete años, altanera, activa, provocadora, era ‘La Madame’, la anfitriona sexual de Cartagena, la que ofrecía mujeres, trago, yate, casas para extranjeros que aterrizaban en esta ciudad seducidos por la idea de una fiesta frenética, no se escondía y se paseaba de día y de noche.
Pero en 2018, la fiesta se le acabó, fue acusada de tres delitos: concierto para delinquir, trata de personas y explotación sexual. Un juez, la condenó a 8 años y un mes y estuvo presa hasta noviembre del año pasado en la cárcel de Picaleña, en Ibagué, luego de pagar las tres quintas partes de su condena. Su familia también fue condenada, incluyendo a su padre. Era tal vez el operativo más ambicioso contra la prostitución que hasta el momento se había realizado, eso dijeron las autoridades y sólo confirmaban que la ciudad, ‘La Heroica’, la de las mil batallas era un burdel sin techo un prostíbulo callejero.
Seis años después así está Liliana Campos Puello, con una postura rígida, maquillada, el pelo echado hacia atrás, las uñas largas pintadas de rojo, con libertad condicional y viviendo en Cartagena. “Mi nombre no es ‘La Madame’, sino Liliana Campos Cuello, soy la cuarta de cinco hermanos, nací en Cartagena, me crié en Estados Unidos. Mi madre partió a Estados Unidos en los 70, nos dejó al cuidado de mi abuela y luego nos fue llevando poco a poco a todos y me fui, entré ilegalmente al país, pero muy agradecida, tengo tres hijos que nacieron allá”.