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20 agosto 2024
Por: Germán Danilo Hernández
Congregados en La Huerta del antiguo Palacio de la Inquisición, numerosas personas asistieron en la noche del pasado 15 de agosto a la conmemoración de los cien años de creación del Museo Histórico de Cartagena (MUHCA); fue un evento ameno, colmado de recuerdos, anécdotas y de profundas reflexiones que lo hacen memorable.
El conversatorio entre Moisés Álvarez Marín, director del museo y el historiador Alfonso Múnera Cavadia fue el eje central del encuentro, complementado con la interpretación magistral de piezas musicales por parte de la Orquesta Filarmónica de Comfenalco, con Boris García como artista invitado.
Procurando amainar los efectos del calor y la humedad del lugar, ingiriendo un delicioso coctel y degustando la variedad de picadas, algunos de los asistentes conversaban sobre las revelaciones que surgieron en el dialogo de apertura y las inteligentes píldoras para la memoria que brindaron de manera sutil y directa Alfonso, Moisés, y la moderadora Niurka Rigñack.
Y es que la realidad del más importante museo de Cartagena no hace honor a su grandeza. A pesar de su importancia y trascendencia como centro educativo y patrimonial que desde 1924 resguarda la memoria histórica de la ciudad, numerosas administraciones fueron indiferentes a su suerte. El proceso de rescate del MUHCA y su proyección acorde a la condición del título que ostenta Cartagena como Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad, tuvo acogida efectiva en el poder público en los últimos 20 años, con un retroceso lamentable durante los años de pandemia.
La mayor demostración de esa indiferencia estatal, que debería ser registrada en los archivos del museo como vergüenza histórica, es que este año, por primera vez en su existencia, el MUHCA fue incluido en un Plan de Desarrollo de la ciudad con asignación de recursos para su sostenimiento.
Moisés, el principal artífice del sostenimiento, fortalecimiento y proyección del Museo, quien ha batallado desde su dorada juventud contra todo tipo de obstáculos, sin perder el optimismo y las esperanzas, resume en una frase sus afugias: “estos 100 años han sido una historia con más penas que glorias”.
Con ese positivismo y tenacidad de gladiador, que le hacen merecedor desde ya a un espacio de honor en la historia moderna de Cartagena, Moisés asegura que “hemos avanzado pero no hemos llegado al punto para que el MUHCA esté a la altura de los desafíos de la ciudad”. Pero está convencido de que ahora es más viable su proyecto, y por ello ha convocado a los expertos para que hagan aportes en la nueva fase de renovación del museo.
Según Alfonso Múnera, “la historia tiene su propia dinámica, cada momento la construye y hoy hay otra perspectiva para contarla”. Desde esas premisas, el MUHCA, más allá de la reparación estructural de su antigua sede y de la adecuación acorde a las exigencias del mundo contemporáneo, deberá ser un museo de puertas abiertas, que albergue nuevas representaciones e incorpore a personajes olvidados de la historia. Gracias Moisés por brindar a Cartagena y a Colombia un ejemplo vivo de lucha efectiva por la defensa del patrimonio, la historia y la cultura.
Escritor, asesor en comunicación política y de gobierno.