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La porroca y otros males in extenso…

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Por: Freddy Machado

En los bienes abandonadas habita un espíritu que los domina. Es una mala energía que termina apoderándose de todo su entorno. Es una ley absurda y con una lógica extraña: nada más dejamos a su suerte una casa, una calle, un barco y hasta una vía férrea y la fuerza de ese espíritu invade los espacios de esos bienes y rápidamente, apagan su luz y lo que sigue después es la intrascendencia.

Es por eso que muchas personas cuando se les daña un electrodoméstico o un mecanismo (como una bisagra o las piezas de la cisterna del inodoro, o los rieles de las cortinas, o la cerradura de un clóset), corren a realizar las reparaciones necesarias pues ese espíritu que lo domina todo, puede tomarse la vivienda y generar zozobra.

Mi madre llama a esa mala racha (daños repetitivos de enseres): la porroca.

En Cartagena, por ejemplo, años atrás, las calles del centro y, especialmente, los andenes, estaban muy abandonados. Esas locaciones lucían apagadas y dominadas por la porroca. Se sabe que la dejadez, y el desgobierno, generan esos desencuentros que están a la vista de los ciudadanos. Sin embargo, se reconoce que esta administración ha reaccionado contra ese estado de cosas (al menos ahora en sus inicios) y con los mantenimientos, las calles y los andenes, han vuelto a cobrar vida.

El impacto de esas intervenciones resulta inspirador.

Independientemente de ello, en el sector de Marbella, persiste algo de ese abandono. Es más, tenemos una foto de semejante desidia y desgobierno. Son las letras instaladas a todo color en un peladero en Marbella. El sitio es un referente obligado para los turistas que visitan la urbe y que desean documentar en Instagram su paso por nuestra ciudad. No son “cuatro gatos” los que visitan el monumento, son romerías que llegan en “chivas” y en otros vehículos generando congestión. Sin duda, si la administración decide intervenir ese entorno, los visitantes podrían llevarse una mejor impresión del monumento y de la bella Cartagena.

La dinámica de Marbella viene cambiando por culpa de dos circunstancias. La primera: en la zona norte, se construye “la otra ciudad” (ahora son tres Cartagena) y ello se evidencia en los nuevos edificios residenciales y los condominios que se multiplican a toda prisa, más allá del extenso puente de La Boquilla (Viaducto de La Paz). La segunda: muchos hoteles se han instado en el sector de Marbella y le han cambiado la cara a esa zona.

Estas dos circunstancias, explican el porqué la avenida Santander, que antes era una vía rápida para los vecinos de Crespo -camino al centro-, ahora permanece con trancones. El colmo es que en horas pico, los buses de turismo suelen parquearse en uno de los carriles de la avenida Santander para recoger con total displicencia a los turistas alojados en los nuevos hoteles de Marbella, afectando la fluidez de una vía que antes era rápida. Ello sin incluir a las chivas.

Es imprescindible que las autoridades de tránsito local, intervenga para hacerles ver a los conductores de buses de turismo, su equívoco y para que se les asigne un lugar donde parquear que no interfiera con la movilidad del sector.

Pero si en Marbella llueve, en los puntos críticos de Cartagena, si que no escampa.

El manejo de la movilidad en esta urbe es una muestra de ese abandono del que venimos hablando. Los trancones son la regla general en una ciudad que crece y crece. El desorden vial nos está asfixiando pues nuestra calidad de vida sufre una merma y siempre estamos invirtiendo nuestro tiempo en esas filas interminables (en la India Catalina, frente al Mall Plaza, en la Media Luna, Bocagrande, Los Cuatro Vientos, bomba del Amparo, Bazurto, entrada del Socorro, etc). Además: tenemos vehículos que parquean en las avenidas, semáforos que no funcionan, motociclistas que deambulan en zonas peatonales y lo peor, tracto-mulas cargadas que se desplazan a exceso de velocidad desafiando a los demás conductores.

Eso no es de ahora, ese fenómeno es de siempre en Cartagena.

Es bueno plantearle al actual Director del DATT que convoque a los gremios y a la ciudadanía a presentar propuestas para mejorar la movilidad en la ciudad y que se denuncien las malas prácticas de los conductores. Es bueno crear un canal amplio para discutir estos temas pues en medio de las dificultades, la optimización de las vías puede constituirse en un excelente referente para un cambio cultural con el fin de no seguir en lo mismo.

Insisto, el mejoramiento de las vías es inspirador.

Lo más insólito es que los turistas extranjeros llegan a nuestra ciudad e inmediatamente se conectan con el caos. En sus países de origen, interiorizan a la perfección las reglas de tránsito pero, una vez perciben que por estos lares no hay dios ni ley, se sueltan de madrina.

La imagen para los que arriban a Cartagena por la Vía al Mar, a la altura de La Boquilla, es patética: grupos de motorizados que deambulan en contra vía, desafiando a los conductores que llegan a Cartagena.

La invitación es a apoyar y acompañar al Director del DATT pero con propuestas que mejoren la dinámica y la eficiencia de la movilidad en nuestra ciudad. Para ello es necesario hacer sugerencias y plantear novedosas estrategias. La señalización que hizo el DATT en el semáforo del Cabrero para los vehículos que se dirigen a Bocagrande, es audaz y va en la dirección correcta en contra de la porroca.

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