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En septiembre, los precios internacionales del café arábica y robusta alcanzaron máximos históricos, un efecto generado, en gran parte, por los estragos del clima en países productores líderes como Brasil y Vietnam. En consecuencia, la caída de la oferta está presionando cambios en el suministro del grano.
A finales del mes pasado, los medios de comunicación publicaron un hecho histórico: el precio del café alcanzó los US$2,75 por libra (Arábica-NY), el más alto de la última década. Es claro que, si los productores reciben más por su cosecha, obtienen mayores ganancias. Sin embargo, es incierto si este efecto se mantendrá en el tiempo.
La historia que explica este comportamiento comienza en Brasil, el mayor productor de café arábica y proveedor del 40% de esta variedad en todo el mundo, país que atraviesa un momento crítico debido a un extenso periodo de sequía, el más duro de los últimos 70 años, lo que ha afectado el suministro en mercados como el estadounidense.
En efecto, las estimaciones de producción se han reducido a un 1,7% en comparación con el año pasado, cuando al inicio del año el gobierno brasileño proyectaba un crecimiento del 5,5 %, es decir, 2,7 millones de sacos más que en 2023.
Pese a la incertidumbre, para Colombia, el segundo productor más importante de arábica, se presenta la oportunidad de suplir la demanda. Respondiendo a este llamado, los caficultores se han preparado para atenderla y, por eso, entre enero y agosto de 2024, la producción creció un 17% con respecto al año anterior, alcanzando los 8 millones de sacos de 60 kg. El clima, contrario al caso de Brasil, ha favorecido estos resultados.
Las exportaciones siguen la misma tendencia. Cifras de Pórticolive, a corte de agosto, muestran que desde los puertos del país salieron 26.370 contenedores de 20 pies (TEU), lo que representa un aumento del 16,4 % con respecto al mismo periodo de 2023.
“Es un excelente momento para que los caficultores capitalicen el incremento de precio que se refleja en el mercado, coincidiendo con el inicio de las cosechas en grandes zonas productoras como el Eje Cafetero y Antioquia, así como secundarias en otras regiones. No obstante, también es una oportunidad para que los caficultores utilicen mecanismos de cobertura, como futuros, para las cosechas de 2025. El mercado sigue fluctuando”, explicó Robeiro López, gerente de Culture Coffee Co. S.A.S.
Los pronósticos anuncian con alta probabilidad un fenómeno de La Niña, o exceso de lluvias, que podría impactar las perspectivas. Según la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), la posibilidad de que La Niña se presente entre septiembre y noviembre es del 71%, una situación que podría extenderse hasta el primer trimestre de 2025. En la edición Especial Agro de Investigaciones Económicas de Bancolombia se menciona que el modelo del IRI (International Research Institute for Climate and Society) sugiere que éste podría ser «débil”.
Además, el documento destaca que “19 departamentos a nivel nacional podrían enfrentar un escenario de superávit de lluvias frente al promedio histórico”. El 59% de las hectáreas sembradas corresponden a café, aproximadamente 654.000. La región Andina, que abarca Huila, Antioquia y Tolima, donde predominan los cultivos del grano, ya ha sufrido afectaciones por lluvias en otros momentos.
Por su parte, la región Pacífica espera la cosecha principal durante el último trimestre del año. Es muy probable que, durante la floración, también se presenten días de lluvia. Pese a las afectaciones que puede ocasionar el exceso de agua, los productores han mencionado que estas son menores en comparación con la sequía extrema.
¿Un efecto sostenible?
Hacia Europa viaja el café de variedad robusta, el más utilizado en el café expreso. La mayor parte de la producción de este grano proviene de Vietnam, un país que ha atravesado intensos periodos del fenómeno de El Niño y, actualmente, está sustituyendo este cultivo por el de durián, una fruta que, pese a su aspecto y olor, resulta más rentable.
El artículo “¿Cómo el cambio climático y la economía global afectan el precio de una taza de café?” de La Vanguardia destaca que las exportaciones de durián de Vietnam a China se han duplicado en el último año, mientras que la producción de Robusta cayó un 50% entre junio de 2023 y el mismo periodo del año precedente.
La industria vive un momento de notas «agridulces», pues la volatilidad ha sido una constante tanto en los precios como en la producción de café en el mundo. El clima es un factor difícil de controlar y determinante en la fluctuación de este mercado, lo que limita la posibilidad de producción. El estudio Expected Global Suitability of Coffee, Cashew and Avocado due to Climate Change asegura que los principales países productores de café: Brasil, Vietnam y Colombia “se verán afectados por los cambios climáticos, con una fuerte disminución de las áreas adecuadas y un aumento de áreas inadecuadas para 2050”.
En definitiva, los productores consideran que el futuro del café estará mediado por factores ambientales. “A largo plazo, esta situación sí puede cambiar. El cambio climático seguirá teniendo efectos en los precios y en el desarrollo del producto. En Colombia seguimos preparándonos, trabajando en la calidad, aumentando las zonas de siembra y las renovaciones, para mantener una mayor productividad por hectárea y diferenciarnos”, concluyó López.