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En la clínica Madre Bernarda murió hoy el reconocido deportista de rugby y docente Nelson Antonio Sinning Vélez, tras permanecer allí una semana hospitalizado luego de graves lesiones en su cuerpo, en un accidente de transito cuando perseguía a unos sujetos que intentaron raptar a su hijastra, estudiante del colegio Inem de Cartagena.
El hecho mantiene consternada a su familia, amigos y compañeros del rugby, ya que apenas contaba con 32 años de edad y cuando disfrutaba plenamente del nacimiento de su primer hijo, de tan solo un mes de nacido.
Fabian Figueroa Castro, presidente Ad honoren del equipo Caniba Rugby Club, amigo y compañero de Nelson, dijo en medio del dolor que lo embarga que perdieron a un gran líder, un maravilloso ser humano, un padre ejemplar pero que también era un bromista consumado y muy alegre.
Representó a nivel de selección al departamento de Bolívar en varias competencias a nivel nacional y a nivel distrital, llevó a su equipo a coronarse campeón en tres ocasiones y jugaba como delantero y pilar principal del equipo Caniba Rugby Club.
Sobre el accidente que le costó la vida, dijo que el hecho ocurrió el pasado domingo en el barrio La Concepción el pasado domingo a las 3:30 de la tarde, cuando salió en persecución en una moto, de unos sujetos que intentaron raptar a su hijastra, y con tan mala suerte que colisionó de frente contra otro motocicleta que venía en sentido contrario, cuyo conductor huyó del lugar y dejó los heridos tirados en el pavimento.
De ese sitio, fueron trasladados a la mencionada clínica, donde su hijastra fue dada de alta y el quedó en UCIm, debido a las graves lesiones que recibió. Hoy lastimosamente se produjo su fallecimiento.
Recuerda hoy con mucha nostalgia, que a su amigo Nelson, lo llamaban «Comando», ya que había realizado cursos de escolta y tal vez, esa personalidad que tenía, de creerse héroe, lo llevó a salir en persecución de los sujetos que intentaron raptar a la joven y con tan mala suerte que la fatalidad se le cruzó en el camino.
Sostiene que a Nelson se le veía feliz, sonriente y parecía un «loquito», ya que hace apenas un mes, le nació su primer hijo y ello, le había cambiado la vida, porque su gran deseo era tener una familia.
