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Para 2023, el 74,3% de las personas que terminaban sus estudios universitarios se encontraban ocupados, a diferencia del 58,3% que habían obtenido únicamente un título de bachiller, según el Informe Nacional de Empleo Inclusivo (INEI).
Adicionalmente, el estudio indica que quienes se gradúan de un pregrado, logran tener ingresos 2 veces superiores a quienes se gradúan únicamente de bachillerato. Pero aún sabiendo las posibilidades que brinda una formación superior, el Ministerio de Educación reportó que el 44,64% de jóvenes no continúan sus estudios después del colegio.
“La economía es la razón principal para no poder acceder porque no hay dinero para poder pagar los estudios, y por el costo de oportunidad de tener que salir a generar ingresos», afirmó Kira Gidrón, CEO de Lumni, la empresa social que apoya a los colombianos que deseen estudiar a través de inversiones más accesibles y con mejores garantías. Motivo que es respaldado con datos de la última Encuesta Nacional de Calidad de Vida del DANE de 2023, la cual señala que el 52,1% de los colombianos no ingresan a la universidad por razones económicas.
Además, menciona Gidrón que también pueden haber razones de desinterés académico, falta de proyección y no haber terminado el bachillerato, entre otras. Otro diferencial está marcado principalmente en las mujeres, pues según los datos del DANE, para 2022, un 29,4% de mujeres afirmaban que su motivo principal para no estudiar era por la necesidad de encargarse de los oficios del hogar.
A su vez, las altas tasas de desempleo de la población juvenil pueden generar dudas entre los jóvenes que están decidiendo si el hecho de continuar sus estudios les ayudará finalmente a obtener un mejor empleo. En agosto de 2024, el DANE reportó una tasa de desocupación nacional de 9,7%, mientras y en el caso de desocupación de la población jóven entre mayo y julio fue de 17,2%.
Gidrón comenta que esta mayor tasa de desocupación juvenil se debe a muchas razones, incluyendo que las vacantes de las empresas generalmente piden una experiencia previa que los recién egresados no tienen. En el buscador de empleo del Servicio Público de Empleo, el 45% de las vacantes pide estudios técnicos, tecnológicos o universitarios, mientras que el 34% solo pide educación primaria, secundaria o media. Además, explica que en su mayoría, las organizaciones contratan por títulos en vez de por competencias.
Adicionalmente, hay herramientas que le apuestan a la educación desde un sentido social y que convierten a la educación en un factor de soluciones y una inversión a largo plazo, teniendo en cuenta que los resultados de obtener un título universitario llevan a una persona a ingresar al mercado laboral con objetivos más estables y puestos de trabajo con mayores garantías.