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El presidente Iván Duque encabezó la conmemoración del Día de la Independencia Nacional, en el que se rindió homenaje a todos los héroes colombianos en estos 210 años de historia, a los que han trabajado en medio de la pandemia del covid-19 y a los que han entregado su vida.
Durante la jornada, el Jefe de Estado hizo un homenaje a varios integrantes de la Fuerza Pública, quienes desde la primera línea de batalla contra el covid-19 representan a los más de 48 millones de colombianos que han tenido que reinventarse durante esta pandemia.
El primer reconocimiento del Presidente Duque fue para la médica internista cartagenera Lilian Muñoz Marrugo, del Hospital Militar de Bogotá, a quien entregó una placa por su sobresaliente trabajo por sus conciudadanos en la lucha contra el coronavirus.
La Dra. Lilian Muñoz Marrugo, es madre de 3 niños y médico, su familia y su carrera son sus grandes pasiones, su motor.
Se graduó de medicina en la Universidad de Cartagena en el año 2000, a los pocos años comenzó a conocer la medicina de cuidados críticos y en el año 2005 culminó especialización en Medicina Interna en la Universidad Militar Nueva Granada.
La experiencia en instituciones como el Hospital Militar Central, hicieron que cada día su vocación médica creciera, y la atención a pacientes en UCI se constituyera en la consolidación de su amor por esa área, lo que la llevó a que actualmente adelante estudios como Intensivista.
En marzo pasado, cuando apenas estaban coordinando los protocolos para la óptima atención de pacientes con Covid-19, se contagió de la enfermedad y pocas horas después estaba en un hospital luchando por su vida.
«Gané la batalla que libré durante 15 días y después de una larga rehabilitación, estoy nuevamente trabajando, desde salas Covid-19 por ayudar a salvar a ese porcentaje que se encuentra en estado grave», dijo esta profesional cartagenera.
«Mi vivencia ha permitido desarrollar empatía hacia los pacientes que necesitan todo el conocimiento, experiencia y cuidados del personal de salud para salir de la enfermedad, y definitivamente me ha motivado aún más a trabajar casi que exclusivamente en el control de pandemia y aportar mi grano de arena para quitar de las garras de la muerte a los enfermos que se complican», añadió.
Las jornadas, que se tornan titánicas y agotadoras debido a lo estricto de los protocolos y la dedicación que exige cada uno de quienes, ocupan las camas en la sala, se tornan en satisfactorias cuando todo el equipo ve salir, recuperado y camino a reunirse con su familia, a alguno de los pacientes, dice la Dra.
«Mis hijos son conscientes del sacrificio que estoy haciendo como profesional y que ello implica que a veces tengamos poco tiempo para compartir como familia, pero saben también que el compromiso es grande y la responsabilidad también. Que a su mamá el Covid – 19 le cambió la vida, y que ahora está decidida a aportar conocimiento y esfuerzo para cambiar la situación».
La doctora Lilian Consuelo Muñoz Marrugo es graduada en la Facultad de Medicina de la Universidad de Cartagena en el año 2000, con uno de los mejores promedios durante sus años de estudios. Realizó su año rural en el Hospital Naval de Cartagena y casi de inmediato inició la residencia de Medicina Interna en el Hospital Militar Central en Bogotá, graduándose de esa especialización en 2005 en la Universidad Militar Nueva Granada.
Desde su experiencia profesional apoyó la formación de los residentes de Medicina Interna en el Homic, en las aéreas de urgencias y cuidados intensivos, a la vez que se desempeñaba como profesional en esa institución y laboraba en las UCI del Hospital El Tunal.
Por motivos familiares viajó a la población de Buenaventura, en Valle del Cauca, en donde brindó sus servicios a la población más vulnerable de esa región del país desde la Urgencia y las salas de hospitalización del Hospital Departamental y la UCI de la Clínica Santa Sofía, que en ese momento era la única institución en la que había camas disponibles para los pacientes que requerían soporte vital. También atendió la propagación de la epidemia de H1N1 y los casos más graves de las patologías propias de esa zona del país.
Varios años después se radicó en su ciudad de origen, Cartagena, en donde trabajó en el área de urgencias y hospitalización de la Clínica Madre Bernarda y en Cuidados Intensivos de la Clínica Torices, ubicada en una zona estrato 1 y 2 de la capital de Bolívar, y que atendía a gran parte de los pobladores asentados alrededor de la Ciénaga de la Virgen.
Nuevamente en Bogotá, realizó una especialización en Auditoría Médica en la Universidad Manuela Beltrán y, desde el área administrativa manejo para una EPS del régimen subsidiado, las cuentas de alto costo. Luego, en el Hospital Militar brindó sus servicios en el área de urgencias atendiendo a la población de las fuerzas militares y sus familias, en el proceso de atención en enfermedades y lesiones graves, a su vez que apoyaba en la formación de futuros internistas que realizaban su residencia en ese centro hospitalario.
En el año 2019 inició nuevamente una especialización como intensivista, en la Universidad Militar Nueva Granada, y por ello enfocando su atención a pacientes en estado crítico y con necesidad de soporte vital.
Su trabajo en el área de investigación médica también ha tenido reconocimiento. Su investigación “Saturación de oxígeno/fracción inspirada de oxígeno como predictor de mortalidad en pacientes con exacerbación de EPOC atendidos en el Hospital Militar Central” fue el trabajo ganador del Primer Puesto del Premio “Trabajo de Investigación Clínica – Residentes”, otorgado por el X Congreso SOLAMI – XXVI Congreso ACMI-ACP, Cartagena 17 – 20 de agosto de 2017, y actualmente está en curso uno sobre el cuidado crítico de pacientes con VIH.
