Bogotá, junio de 2021. Mantener las llantas en buen estado es una tarea sencilla que debe ser parte de la rutina de cada conductor, en momentos donde la movilización en vehículo particular esta jugando un papel importante a raíz de la situación actual, evitando contratiempos y ahorrando dinero
Es por esto que expertos de Goodyear traen las siguientes recomendaciones para que estas piezas estén correctamente calibradas, alineadas y balanceadas, entre otros cuidados, permitiendo aumentar su durabilidad, además de contribuir con el medio ambiente y la seguridad de los pasajeros.
Correcta presión de la llanta
La presión de inflado es el factor más importante para el rendimiento y durabilidad de la llanta. Un mejor aprovechamiento de la vida total depende de la calibración de la presión de inflado. Cuando la presión es baja, genera deflexión excesiva de la llanta y provoca un alto desgaste, poca durabilidad, aumento en el consumo de combustible, calor, agrietamiento y en general aumento del costo por kilómetro recorrido.
Por su parte, la presión alta, trae como resultado tensiones excesivas y anormales en la carcasa, ya que la llanta se vuelve rígida por la presión y la carcasa pierde su capacidad de flexión, dejando de amortiguar los impactos, causando rupturas y daños con mayor facilidad, que comprometen la seguridad de las personas.
Sin embargo, y aunque es más costoso, el nitrógeno contribuye a la prolongación de la vida útil ya que estabiliza el aire interno de la llanta, reduce el consumo de gasolina y protege los aros de la oxidación.
Además, tenga en cuenta:
Balanceo adecuado de las llantas
Vibración al conducir, dificultad para girar hacia un lado específico e inestabilidad del volante al conducir en línea recta, son algunos de los signos de alerta cuando el balanceo no es el adecuado Todos estos indicadores que impiden conducir de una manera segura y confortable, generan un deterioro irregular en la banda de rodamiento, acelerando el proceso de desgaste en las llantas.
Es por esto que se recomienda realizar el balanceo de las llantas cada seis meses o en su defecto cada 5.000 kilómetros, también cuando sufra un impacto en los rines, esto con el objetivo de evitar el desgaste prematuro e innecesario a la suspensión del automóvil, debido a las vibraciones causadas por las llantas desbalanceadas además de tener mayor confort al manejar.
Consejos simples y prácticos