Por. Germán Danilo Hernández.
El más reciente libro escogido por el taller de lectura “Tertulia y Libros”, al que asisto de manera regular en Cartagena, es “Quijote”, de Salman Rushdie (Bombay, India, 1947); su contenido es un reflejo interpretativo de las convulsiones sociales de los tiempos modernos, de las complejidades del amor, de la desquiciada normalidad, y un espejo de ficción en el que aparece de manera frecuente el rostro del lector.
Por esas razones que motivan a muchos a decir que no existen las casualidades, sino las causalidades, esta lectura terminó siendo mi referente de análisis de una serie de situaciones que por muchas semanas han concentrado mi atención, mis pensamientos, reflexiones y expectativas de vida.
Ubicada en la “Era Donde Puede Pasar Todo”, efectivamente pasa todo, con una intensidad desbordante que cruza las fronteras entre realidad y ficción, hasta el punto de confundirnos en cuál de ellas estamos cuando abrimos el libro y volvemos a cerrarlo. Es sin lugar a dudas un análisis descarnado, osado, estremecedor y esperanzador de la contemporaneidad, desde la literatura con presencia de doncellas, espías, xenófobos, grillos mágicos, estrellas de televisión, opioides e hijos imaginarios.
Resulta inevitable relacionar las escenas de caos narradas por el autor, con las que proyectan diariamente los informativos de televisión sobre el estallido social, y que circulan como señales apocalípticas en las redes sociales; con las angustias de una pandemia que nos ha acercado mucho más a la muerte de lo que estábamos acostumbrados, y que motivan la búsqueda de salvación, inclusive en espacios habitables de otros universos.
Pero el moderno Quijote también nos enrostra las crisis que afrontamos como individuos y como sociedad. “Tenemos nuestra historia personal y la historia general de lo que está pasando a nuestro alrededor. Cuando las dos experimentan problemas al mismo tiempo, cuando la crisis que tienes dentro se interseca con la crisis que tienes fuera, todo enloquece un poco”. Y es que parece que todos hemos enloquecido.
Esta columna no pretende hacer un análisis literario de la obra del célebre autor Indio- británico, son solamente reflexiones personales que creo compartir con quienes hemos venido padeciendo los horrores de la calle, las desquiciadas posiciones de líderes y pensadores; quienes admitimos que la humanidad pos pandemia no será mejor que antes; a quienes nos ha coqueteado recientemente la parca sin estar en carnaval, y hemos encontrado refugio y salvación en el amor de la familia y de los amigos de verdad, para concluir que el libro de Rushdie, nos confirma que estamos en tiempos de Quijote, en los que lo único normal es la locura.