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Cuatro años en legalidad: Así avanzan los procesos de reintegración de quienes le apuestan a La Paz

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  • Acceso a salud, educación, formación para el trabajo, bienestar psicosocial, proyectos productivos y tierras, son algunas de las garantías otorgadas a quienes desde la legalidad construyen sus proyectos de vidas.

 

  • El Gobierno nacional entrega, en rendición de cuentas, un balance de lo que ha sido, hasta hoy, el constante trabajo que busca otorgar mejores condiciones a centenares de excombatientes.

 

  • Desde distintas entidades, quedan unas sólidas bases para en un mediano y largo plazo, se logre una consolidación de la reintegración y reincorporación, en aras de construir una Colombia en paz.

 

Ad p​​ortas de cumplirse cuatro años de la implementación de la política Paz con Legalidad, orientada por el señor Presidente Iván Duque, es imperante destacar cómo los procesos de reincorporación y reintegración son hoy un eje fundamental que ha brindado garantías para 12.823 personas en proceso de reincorporación y 4.327 personas en proceso de reintegración, que en su momento pertenecieron a grupos armados, y ahora se destacan en un tránsito que, con hechos, son muestra de compromiso para lograr un país en paz.

El trabajo de la mano entre las distintas entidades y ministerios del Gobierno nacional, junto a la cooperación internacional, pero, sobre todo, con el compromiso de las y los excombatientes, permiten evidenciar hoy, importantes logros que, incluso, han sido destacados en el exterior y en los informes de verificación que han permitido corroborar las estrategias que seguirán avanzando con una voluntad estatal en busca de armonía entre los ciudadanos.

La Agencia para la Reincorporación y la Normalización ha estado presente en todos los territorios de Colombia, donde cualquier persona en proceso de reintegración o reincorporación, desarrolla su proyecto de vida en la legalidad.

Porque una oportunidad lo cambia todo, ha puesto en manifiesto un hito en el país; hoy, no solo quienes fueron combatientes, aportan a la paz de Colombia, a ellos se suman quienes fueron víctimas de la violencia, las comunidades principalmente en zonas rurales, y aquellos que, desde las grandes ciudades, son testigos de un crecimiento social, basado en el respeto, la atención y el acceso a derechos sin distingo ni condición.

Hace 19 años, la Agencia para la Reincorporación y la Normalización, viene acompañando y brindando asesoría a quienes hacen su tránsito a la legalidad, luego de pertenecer a diversos grupos armados, buscando generar oportunidades que fortalezcan sus capacidades y puedan desenvolverse en pleno en el marco de la ley.

Reintegración

De un lado, el primer gran proceso ejemplo en el país: la Reintegración, que vincula a quienes pertenecieron no solo a Grupos Armados Organizados al Margen de la Ley (GAOML), sino a quienes accedieron al sistema de Justicia y Paz, hoy permite ver cómo 4.357 personas se encuentran activas con acceso a nuevas oportunidades en educación, productividad, atención psicosocial y salud.

Asimismo, durante el proceso de reintegración, 1.029 proyectos han beneficiado a 248 mujeres y 745 hombres, mientras que 5.164 fueron vinculadas al Sistema General de Seguridad Social en Salud.

Reincorporación

En 2016, fueron 13.024 personas las acreditadas por la Oficina del Alto Comisionado para la Paz como pertenecientes a la entonces Farc-Ep. Desde entonces, el trabajo de acompañamiento ha sido arduo. Durante el presente gobierno, se creó la Ruta de Reincorporación, facilitando el acceso a beneficios a corto, mediano y largo plazo, como consecuencia de un verdadero y profundo compromiso de construir una Colombia en Paz.

La ARN ha sido el soporte de múltiples acciones que han permitido consolidar un tránsito a la legalidad, reconociendo que, a hoy, una gran mayoría de mujeres y hombres, persisten con su responsabilidad: 12.843 personas activas en este proceso, son muestra de ello. El 91,7% de quienes se desvincularon, avanzan en su reincorporación.

Acceso a educación, sostenibilidad económica, habitabilidad y vivienda, bienestar psicosocial integral, salud, comunidad y familia, son los pilares de la Ruta de Reincorporación diseñada con precisión para un proceso digno y en corresponsabilidad, donde la articulación de las distintas entidades del Gobierno nacional, han aportado desde inversión, acompañamiento, estructuración y gestión permanente.

Andrés Felipe Stapper Segrera, quien durante el Gobierno del Presidente Iván Duque ha estado al frente de las acciones adelantadas en todo el territorio nacional, es garante de una paz con hechos y resultados, que junto a un equipo de 1.800 colaboradores, traducen un camino que aún debe seguirse recorriendo para una consolidación y estabilización de un importante número de excombatientes que hoy relatan, construyen y permean una sociedad con un discurso orientado a la dignificación y a la vida legal.

“Hoy que tenemos esta oportunidad, hemos hecho que la Paz no sea solo una política: es una realidad que se construye día a día. Hoy la política de Paz con Legalidad es uno de los ejes transformadores de nuestro Plan Nacional de Desarrollo. Cuando dijimos que generamos profundas transformaciones, fue porque pasamos de un proceso cortoplacista que el mismo Acuerdo había dispuesto en distintos beneficios económicos y sociales; como la salud, los componentes productivos y económicos, algunos de estos procesos de carácter temporal por 24 meses; a ver que teníamos un reto más grande aún como el qué hacer con los antiguos espacios territoriales, cuya finalización era en agosto del año 2019. Hoy, los resultados no deben quedar aquí, sino deben ser la puerta que se abra para seguir construyendo conjuntamente”, expresó Stapper.

La reincorporación económica, planteada en la política de Paz con Legalidad, ha permitido que 7.823 personas, (8 de cada 10 personas), cuenten con proyectos productivos, de los cuales, entre individuales y colectivos, han sido aprobados 3.875; cifra que se traduce en el soporte de mismo número de familias.

Durante estos cuatro años, hemos llegado más allá de lo acordado. Reflejo de ello, fue el discurso del mismo Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, quien, en noviembre de 2021, destacó los avances en la implementación del proceso de reincorporación, desde uno de los antiguos espacios territoriales en Dabeiba, Antioquia. Y es justo ese, uno de los puntos en los que el compromiso del Gobierno nacional permanece trabajando: la consolidación de los AETCR.

A pesar de no estar en los acuerdos, este gobierno decidió trabajar arduamente y de manera armónica entre ministerios y entidades, generar acceso a tierras y vivienda para la reincorporación. Una cifra cercana a las 1.900 hectáreas entregadas para la construcción de viviendas y ejecución de proyectos productivos, han sido destinadas de manera formal, beneficiando a más de 2.600 personas en reincorporación y sus familias.

Llegar a la Serranía del Perijá, al norte de Colombia, encontrar proyectos turísticos, o en los Montes de María reconocer la ganadería y la agricultura, es reflejo de lo que puede verse al otro lado de la geografía, en el Cauca, donde comunidades indígenas excombatientes se han unido para trabajar la piscicultura, la siembra de aguacates o la porcicultura, es muestra de un incansable trabajo mancomunado, pero un verdadero compromiso de construir sueños desde la legalidad.

4.431 personas vinculadas a programas de formación para el trabajo o decenas de ceremonias en las que, con toga y birrete, hombres y mujeres reconoce en la educación un motivo de seguir adelante, son apenas parte del resultado de una ardua política con resultados. O el acceso a salud del 99% de quienes hacen su tránsito a la legalidad junto a sus familias, accediendo a la cobertura en todo el territorio nacional.

Siempre, de manera concertada, las determinaciones del gobierno que propenden por el bienestar de excombatientes, han sido puestas en la mesa con el colectivo FARC, y por eso, el aporte para los días venideros, es un mensaje de seguir construyendo por un país en paz, donde no haya distingo de condiciones, ni de raza ni de pensamiento. De tal manera, la construcción de una Colombia pacífica, lo hacemos y reiteramos, destacando cada avance que ha surtido de este proceso, en el que, de manera conjunta, con una buena administración, recepción coherente y aporte diario, se logren dar agigantados pasos para un mejor país.

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