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Por: José Consuegra
La consolidación de la RAP Caribe apalancará el necesario camino hacia la autonomía, el acceso a mayores recursos financieros nacionales y el desarrollo integral de la región y, sin duda, promoverá el cierre de las oprobiosas brechas sociales y económicas que hoy atropellan al Caribe colombiano.
La formalización de la Región Administrativa y de Planificación del Caribe (RAP) era un paso fundamental e imperioso en la larga lucha por la autonomía y el desarrollo equilibrado y sostenible de los departamentos.
Las manifestaciones sobre la pertinencia de la regionalización, la autonomía y el federalismo, como bases para un Estado robusto y con acceso equitativo a las oportunidades de desarrollo por parte de las regiones, formuladas por el baranoero Juan José Nieto Gil, primer presidente costeño de la República (1861), continúan hoy siendo un anhelo del Caribe. Acertadamente, en la Constitución Nacional de 1991, en cuya formulación participaron activamente destacadas figuras intelectuales y políticas locales, se le abrió paso a un nuevo horizonte de oportunidades a la regionalización y autonomía administrativa y de planeación de las regiones con la creación de las Regiones Administrativas y de Planificación (RAP).
Enhorabuena, los departamentos del Caribe colombiano tomaron la decisión de darle operatividad a la RAP y procedieron a escoger a sus directivos: como presidente, al gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo, político, académico y activista por la integración regional, y como gerente al doctor Amylkar Acosta, exministro, expresidente del Congreso de la República, economista y científico social.
La RAP Caribe cuenta con personería jurídica, patrimonio y autonomía, y fue constituida en octubre de 2017, en concordancia con las leyes 1454 de 2011 y 1962 de 2019, que promueven el fortalecimiento regional. Este ente facilitará la planeación y ejecución de macroproyectos para el desarrollo regional, que permitan a los departamentos asumir, de manera mancomunada, la solución de problemáticas estructurales como la pobreza, la inseguridad alimentaria, los problemas medioambientales, el desarrollo del campo, la falta de conectividad vial, el desempleo y la informalidad, entre otras. Como bien lo expresó el doctor Amylkar Acosta, en el marco del evento de formalización, “la RAP está llamada a ser la gran articuladora, bajo el principio constitucional de complementariedad, concurrencia y subsidiariedad”.
La consolidación de la RAP Caribe apalancará el necesario camino hacia la autonomía, el acceso a mayores recursos financieros nacionales y el desarrollo integral de la región y, sin duda, promoverá el cierre de las oprobiosas brechas sociales y económicas que hoy atropellan al Caribe colombiano.
@Rector_Unisimon