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Por: Ronald Rangel
De acuerdo al proyecto de ley de reforma pensional: “en caso de las personas no binarias como acción afirmativa, se aplicará como edad, la menor; y para las personas transexuales la edad será aquella establecida para el género que tenga, cuando complete los requisitos”.
En estos tiempos que corren, cuando todos no somos todos, sino todos, todas y todes, ese concepto abstracto de la ‘autopercepción’ se está prestando para toda suerte de trampas legales. Me imagino un tipo de 50 años que se ‘autoperciba’ como un niño de 10 asistiendo al jardín infantil para que le den el almuerzo del PAE.
Semejante locura no está muy lejos de la realidad y el tono supuestamente inclusivo del actual gobierno en el que no se respetan las más elementales normas de la lengua castellana, evitando el pluralismo encerrado en una sola palabra tan simple como todos, está llevando a que poco a poco la cosa se vaya saliendo de madre.
Pues bien, de acuerdo con el proyecto de ley que el gobierno acaba de radicar ante el Congreso con el nombre de ‘Cambio por la Vejez’, que no es más que el intento de una reforma al sistema pensional que rige actualmente en Colombia, se ha abierto una peligrosa tronera, mediante la cual, usted o yo podríamos jubilarnos a los 57 años sin importar con qué órgano genital llegamos a este mundo.
La parte polémica del proyecto.
En la página 29 del voluminoso documento que ya está haciendo trámite en el Congreso de la República, se destaca que “en el componente de prima media, para tener derecho a la pensión integral de vejez, el (la) afiliado (a), deberá reunir las siguientes condiciones: haber cumplido 57 años si es mujer o 62 si es hombre y haber cotizado un mínimo 1.300 semanas en cualquier tiempo”, hasta aquí todo normal y es lo que hay hasta el momento.
PENSIONARSE A LOS 57 AÑOS PODRÍA SER POSIBLE PARA TODOS
Después vienen un par de líneas que no les sonarían a nadie que haya vivido los anteriores 2 mil millones de años sobre la faz de la tierra: “en caso de las personas no binarias como acción afirmativa, se aplicará como edad, la menor; y para las personas transexuales la edad será aquella establecida para el género que tenga, cuando complete los requisitos”.
Es bueno interpretar en este momento el anterior texto para digerirlo con calma. Si usted no se ‘autopercibe’ como hombre ni como mujer, es decir pertenece al novedoso y selecto género no binario, vaya preparándose para jubilarse a los 57 años sin problemas, así su mamá y su papá al verlo nacer hayan exclamado: “qué lindo está el niño” y no la niña.
Vaya uno a saber qué consecuencias podría traer semejante orangután incrustado en el corazón de la reforma en caso de que se llegara a aprobar. Bien se sabe que en Colombia es deporte nacional aquello de ‘hecha la ley, hecha la trampa’ y no se trata de un tema menor.
Si ahora mismo su cédula dice que su género es M (masculino), habrá forma de legalizar la respetable decisión de no considerarse como un hombre, pero tampoco como una mujer y eso le dará derecho a dar un pequeño salto de cinco años en la fila de espera para recogerse en sus cuarteles pensionales a esperar que el Estado le dé su mesada.
Ya habrá más de un mero machote pensando bien en ese agujero que plantea este proyecto, para alistar las baterías legales que le permitan transferir su personalidad en algo indefinido, en procura de un beneficio que no deja de ser altamente atractivo.
¿SE LE MIDE A DECLARARSE ‘NO BINARIO’?
Si al fin y al cabo da lo mismo lo que diga su cédula, si usted se declara como ‘no binario’ será posible pensionarse a los 57 años, sin importar que un grupo de jovencitos por ahí lo llamen papá al verlo llegar cansado a la casa.
Los considerados ‘no binarios’ podrían pensionarse a los 57 años.
A la larga lo que importa es no ser excluyente en estos tiempos que corren. Sabrá uno si apenas este sea el primer paso de lo que podrían ser una serie de medidas tendientes a no desmejorar más la vida ruinosa de quienes son incomprendidos por el mundo.
Lo cierto es que la gracia será cuantificada en miles de millones de pesos, en caso de que esto salga adelante. Cuánto nos va a costar a los colombianos, colombianas y colombianes, esos cinco añitos que cientos de miles podrían ahorrarse con un simple trámite de declararse no binarios.
Si lo que busca la cacareada reforma pensional es mayor justicia para una vejez digna de todos, todas y todes, habría que analizar si este tipo de artilugios pseudo inclusivos en verdad aportan en algo para ese propósito en una población donde cada vez es menor el número de jóvenes que pueden aportar para que los viejos vivan sabroso.
Porque la reforma se autoproclama como un arma de cambio para la vejez y así lo ha reafirmado todo el equipo gubernamental. Nadie advirtió de los tintes supuestamente igualitarios que yacen en el texto y que podrían ser una tronera abierta por donde saldrían a cántaros los recursos, en este caso sí de todos los colombianos. Todos, incluyendo a todos.