Cartagena, 22 de diciembre de 2020
Así como las cifras de contagios y muertes por Covid 19 suben en Cartagena, las aglomeraciones y rumbas aumentan en el Centro Histórico. Lo más grave es que las autoridades brillan por su ausencia en poner control a esta situación.
El Colectivo Somos Centro Histórico, semanalmente, presenta denuncias de todas estas conductas a las autoridades locales, pero son ignoradas, porque en vez de reducirse se disparan las aglomeraciones y rumbas en calles, plazas, casas de alquiler turístico y buses transformados en discotecas ambulantes, algunos, antes eran “chivas”, ahora se destacan por sus potentes equipos de sonidos.
Las “ventas ambulantes rumberas” es una nueva modalidad que recorre calles y plazas hasta altas horas de la madrugada, actividad que viola la regulación del espacio público que es permitido su uso hasta las 10 de la noche, decisión tomada por el gobierno central, pero que aquí en Cartagena se la pasan por la faja.
Las “ventas ambulantes rumberas” se trata de un grupo de personas que portan equipo de sonido y neveras tipo cavas para el expendio de licores y otras bebidas. Actividad que genera aglomeraciones y contaminación sonora.
Todo esto pasa sin ningún control de las autoridades, se violan los protocolos de bioseguridad, no hay control de aforo, se observa mucha gente sin tapabocas, nada de desinfección y lavado de mano. Conductas irresponsables en contravía de la misma reactivación económica del sector turístico; eso, sin citar, normas de convivencia ciudadana, Código de Policía, entre otras, que velan por derechos de residentes del Centro Histórico, ciudadanos y turistas.