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Antonio Caballero Holguín, paz en su tumba

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Por: Orlando Díaz  Atehortúa.

Antonio ya no está con nosotros. Nos deja el recuerdo de su excesiva timidez, sus columnas y su novela “Sin remedio” Un verdadero ser de luz, iconoclasta, libertario, rebelde hasta la médula.
Escribió para El Espectador, El Tiempo, la Revista Cambio 16 (España), y la Revista Semana, de donde se retiró por no compartir los criterios de la nueva directora de ese medio Vicky Dávila y sus directivas. Acompañó a Los Danieles en su innovador medio digital y desde esa tribuna nos dijo: “el presidente Duque tiene una curiosa relación con la historia de su país, Colombia, se nota que se la enseñaron en Washington y no la asimiló bien”.

Y, tenía razón pues la fallida reforma tributaria (propiciada por el nefasto Carrasquilla, hoy codirector del Banco de la República), generó un estallido social sin precedentes en nuestra patria, por la violación sistemática de los derechos humanos.

En esa crisis, se sabe que más de doce jóvenes fueron asesinados, que se denunciaron muchos casos de tortura y que de los desaparecidos, hasta ahora nadie tiene noticia. Esa violencia institucional registra una impunidad del más del 95%

Y, cuando nos visitó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Caballero se pronunció: “es que con ella está en juego lo que más le importa a nuestro gobierno, que no es la realidad, si no la imagen de Colombia, que maten gente está bien, pero que no se sepa”. Es que en estos tiempos, priman los sofismas de distracción y en especial, los eufemismos. Eso explica porqué a los asesinatos, se les denominan “falsos positivos” y lo impresentable e inmoral que resulta la defensa que el gobierno le hizo a la ex ministra Abudinen, la misma que con total desparpajo le aseguró a un periodista de la TV… “que me lleven al cementerio si no cumplo” y no cumplió pero como premio se le nombró como Alcaldesa Ad-doc de Sincelejo. Los setenta mil millones de pesos que desembolsillo el Estado, para dotar de internet a los niños del campo, están perdidos. Es difícil que Unión Temporal Centro- Poblado responda, mientras -como nunca-, la popularidad del gobierno cae en picada. Antonio Caballero se debe estar revolcando en su tumba por la censura que se le impuso desde la cancillería y la embajada de España a nuestras más connotadas plumas: Héctor Abad Faciolince, Laura Restrepo, William Ospina, entre otros, para que no asistieran a la feria del libro en Madrid (se prefirió dejar los cubículos vacíos pues solo se llevaron unas deslucidas obras en su edición, de García Márquez). Son cosas del embajador Luis Guillermo Plata, quien para justificar semejante oso internacional, se ideó el término de escritores “neutros”.

En verdad, en estos momentos no sabemos si reir o llorar o replicar como decía Robledo Ortiz, en su poema “si quiera se murieron los abuelos”: “hubo una Antioquia grande y altanera, un pueblo de hombres libres, una raza que odiaba las cadenas (…)”.

Con todo, no crean que es fácil tapar el sol con los dedos. Lo digo porque en la calenda del 13 de septiembre de 2021, el prestigioso diario El Pais (España) reseñó: “Colombia vuelve a ser en el año 2020, el país más peligroso para los ecologistas, sesenta y cinco de los doscientos veinte asesinatos son de ambientalistas, registrados en todo el mundo, se produjeron en el país andino (…)” La nefasta situación se ha querido atribuir a una “lamentable implementación del proceso de paz por parte del gobierno”. Sin duda, necesitamos más plumas como Caballero, menos terrorismo de Estado o de grupos al Margen de la ley. Finalmente, la inteligencia, y la chispa de Caballero, se advierte al responder a una pregunta de Juan Carlos Irragori ¿Cómo quería ser recordado? y el autor de Sin Remedio, nos dijo: “como un hombre que estuvo al lado de los vencidos y pataleó hasta el final contra el poder.

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