Aunque la bolsa sea un tema que parece lejano para la gran mayoría de personas, sus dinámicas influyen directamente en la vida diaria. Entender esta relación es clave para dimensionar la importancia de cada gasto cotidiano en la economía mundial.
El Dr. Juan Carlos Higueras, director de programas en MBA en EAE Business School, explica la influencia de los mercados financieros en la economía cotidiana y cómo prepararse para cambios drásticos.
Cuando sube el precio del combustible o los alimentos, los expertos suelen hablar de los movimientos de la bolsa. Y si se ha preguntado qué tiene que ver la bolsa de valores con los gastos pequeños que hacemos a diario, la respuesta es: mucho.
Aunque los mercados financieros pueden parecer un mundo lejano para quienes no invierten en bolsa, la realidad es que sus movimientos tienen efectos directos en la economía cotidiana. Desde el precio de los alimentos hasta las tasas de los créditos, las fluctuaciones en los mercados pueden alterar el costo de vida de millones de personas sin que siquiera lo perciban.
«Aunque no inviertas en bolsa, los mercados financieros influyen en tu vida más de lo que imaginas», explica el Dr. Juan Carlos Higueras, Doctor en Economía y Director de programas MBA en EAE Business School. «La bolsa afecta a las empresas en las que trabajamos, a los bancos que nos prestan dinero y a las empresas que se financian con inversores o con deuda».
La influencia de la bolsa en los gastos diarios
Uno de los factores clave que determinan el impacto en la economía diaria es el ajuste de tasas de interés por parte de los bancos centrales. Cuando estas suben, el costo del crédito se incrementa, lo que encarece desde las hipotecas hasta los préstamos. Además, los mercados reaccionan a estas decisiones con volatilidad, lo que puede generar incertidumbre en las empresas y los consumidores.
«Pedir un préstamo se vuelve más caro: las hipotecas suben, los créditos personales son más costosos y las empresas invierten menos, lo que puede frenar la creación de empleo», señala el experto. «Además, las caídas bursátiles pueden generar incertidumbre y pérdida de confianza, lo que impacta el consumo y la inversión. Incluso productos básicos como la gasolina o los alimentos pueden verse afectados, ya que los mercados financieros influyen en el coste de las materias primas y el transporte».
Esto significa que, cuando los mercados atraviesan caídas bursátiles o periodos de incertidumbre, las familias pueden verse afectadas por un menor acceso al crédito y un encarecimiento de bienes básicos.
Mecanismos para sobrevivir a los cambios de la economía
Más allá de las tasas de interés, existen otras señales financieras que pueden ayudar a prever cambios en la economía y anticiparse a posibles crisis. Por ejemplo, la inflación sostenida suele ser un indicador de que los bancos centrales podrán subir los tipos de interés para controlar el aumento de precios. Asimismo, una caída significativa en las bolsas de valores puede reflejar problemas económicos futuros o incertidumbre en sectores clave.
«Si los tipos de interés empiezan a subir o ya no es tan fácil conseguir un préstamo, habrá un encarecimiento de los créditos haciendo que no podamos comprar a plazos y el consumo de las familias disminuye», advierte el docente de EAE Business School. Esta situación puede generar un efecto en cadena que reduzca la actividad económica y afecte la estabilidad laboral.
Aunque es un tema más técnico, también podemos observar la curva de rendimientos de tipos ya que una curva invertida (cuando las tasas de los bonos a corto plazo son más altas que las de largo plazo) suele anticipar una recesión. En condiciones normales, los tipos de la deuda a largo plazo suelen ser más elevados que los de corto plazo. Cuando eso cambia, es una señal que podría anticipar una recesión.
Buenos hábitos financieros, claves ante la caída
Las personas no deben estar siempre a merced de estos cambios en la economía. Se pueden tomar medidas para proteger las finanzas personales frente a la volatilidad del mercado.
Estrategias como diversificar ingresos e inversiones, mantener un fondo de emergencia y evitar el endeudamiento innecesario pueden ser claves para sortear periodos de crisis.
«Ahorrar al menos de seis a doce meses de gastos puede ayudar a afrontar crisis inesperadas mediante un colchón financiero», recomienda el Dr. Juan Carlos Higueras. «Reducir o evitar los gastos hormiga también es útil, pues muchas veces conllevan endeudamiento a corto plazo de las familias».
Aunque no se siga de cerca lo que ocurre en la bolsa, sus efectos se sienten en cada decisión económica diaria. Estar informado sobre las tendencias del mercado y anticiparse a los cambios puede marcar la diferencia entre enfrentar un golpe financiero o mantener la estabilidad en tiempos inciertos.