Santa Marta, diciembre de 2019
Liderar una estrategia nacional para superar la problemática fitosanitaria que afronta la palma de aceite en el país, la cual ha dejado una pérdida cercana a los US$2.700 millones en la última década, urgió el director general de Cenipalma, Alexandre Patrick Cooman, al Gobierno Nacional.
El pronunciamiento fue hecho durante el Foro “Situación fitosanitaria de la región Caribe: retos para la ciencia, la tecnología y la innovación”, organizado por la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Agrosavia, que clausuró anoche su evento, realizado en el Hotel Irotama de Santa Marta.
A través de tres puntos concretos, Alexandre Cooman pidió al Gobierno intervenir con decisión para salvar la palma de aceite, uno de los sectores de mayor relevancia en el PIB agrícola nacional, en el cual ocupa el cuarto lugar, si se tienen en cuenta el aceite y la almendra, cifra que se encuentra por encima, incluso, del arroz, del banano tipo exportación y de la caña de azúcar, entre otros. Esto, en cuanto hace referencia al valor de la producción agrícola.
Con este panorama, el Director de Cenipalma llamó la atención del Gobierno, en primer lugar, para emprender un proyecto nacional orientado a la eliminación, contención de brotes y mitigación de la afectación de dos de las más graves enfermedades que presenta la palma de aceite en el país: la Pudrición del Cogollo –PC- y la Marchitez Letal –ML-. El costo para estos desarrollos en 2020 sería de $7.316 millones, lo cual se debe ver, sin lugar a dudas, como una inversión.
El segundo llamado hace referencia a la puesta en marcha de un proyecto de instrumentos financieros que permita la prevención, el manejo y la reactivación económica de las áreas afectadas por problemas fitosanitarios, en el cual se concentrarían recursos por valor de $1,2 billones para ser ejecutados entre 2020 y 2024. De dicha suma, los palmicultores aportarían la mayor parte: $1,144 billones, mientras que al Gobierno le corresponderían $149.000 millones. De este monto global, $708.000 millones irían a prevención y $585.000 millones a renovación, explicó.
La tercera y última petición es la de declarar a la Pudrición del cogollo en palma de aceite como “enfermedad de interés nacional”, a través de la presentación de un proyecto de ley que permita permanencia y contundencia en las acciones de mitigación y manejo de la enfermedad, con el compromiso de todos los actores y la asignación de los recursos necesarios.
Es de especial relevancia que el gobierno genere un entorno adecuado y que el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, desarrolle con mayor impacto la inspección, vigilancia y control de los planes de manejo y mitigación de esta enfermedad, señaló el Director General de Cenipalma.
Zona de gran importancia
Alexandre Cooman destacó la importancia de la Zona Norte en la producción de palma de aceite en la cual, de las cerca de 553.000 hectáreas sembradas en el país, un poco más de 126.000 corresponden a esta región y, de ellas, más de 57.000 hectáreas al departamento del Magdalena.
El apoyo del Gobierno para intervenir el tema fitosanitario tanto en esta como en las demás zonas productoras del país es no solo indispensable, sino urgente, dijo, por cuanto, de no hacerlo, se seguiría poniendo en riesgo uno de los sectores con mayor productividad, determinante en la generación de empleo y de condiciones de vida digna para sus habitantes.
En la actualidad, el departamento del Magdalena ubicado en la Zona Norte es el más afectado por la PC. A la fecha se han reportado como eliminadas 2.000 hectáreas netas de palma de aceite, mientras que hay otras 5.000 ya afectadas por esta enfermedad. Se estima que esta situación ha dejado hasta el momento pérdidas por más de US$50,1 millones en el Magdalena.
En el Magdalena, sus 746 productores, 95 % de los cuales son pequeños y medianos, generan 19.000 empleos, entre directos e indirectos. La problemática fitosanitaria, sin embargo, ha provocado la pérdida de más de 1.500 directos, al tiempo que el potencial de pérdida de empleos, de no llegarse a una solución pronta, es superior a los 16.000.
La situación es impactante, si se tiene en cuenta que la palma de aceite aporta un porcentaje muy importante del PIB agrícola al departamento, con una producción de 221.000 toneladas de aceite de palma crudo.
Una tarea conjunta
Durante su intervención en el Foro de Agrosavia, Cooman afirmó también que salvar la palma de aceite es una tarea de todos los actores que intervienen en el proceso: los núcleos palmeros y los palmicultores, quienes están llamados a aplicar las mejores prácticas agronómicas; Fedepalma y Cenipalma, con su labor de investigación y extensión para lograr mayores niveles de productividad y de sostenibilidad del cultivo; y, por supuesto, el Gobierno Nacional, a partir de la generación de un entorno propicio para la producción y la reactivación económica de las zonas afectadas por la PC.
En estas labores, la inversión de los núcleos palmeros y de los palmicultores al año se calcula en alrededor de $13.500.000 por hectárea para la ejecución de las labores como monitoreo y control de plagas, prácticas fitosanitarias curativas y eliminación de palmas sin evidencia de recuperación.
El Director de Cenipalma subrayó que “la propuesta queda hecha. Estamos comprometidos con la superación de la crisis ocasionada por la PC, pero necesitamos fortalecer los lazos y el trabajo integrado que nos permita salvar la palmicultura, no solo en el departamento del Magdalena, sino en el país. Quedamos a la espera de la receptividad del Gobierno Nacional frente a este tema que reviste la mayor importancia”, concluyó Cooman.