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El día que el ESMAD entró en acción por primera vez en Cartagena

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Era de noche, no había energía eléctrica y llovía sobre el suroccidente de Cartagena de Indias, en esa zona habitantes del barrio San José de Los Campanos realizaban una protesta con bloqueo de vías que comenzaba a salirse de control, mientras eso sucedía, un grupo de hombres de la Policía al mando del cabo Gerson Orlando Posada Jaramillo, se preparaba con nerviosismo para entrar en acción y cumplir la misión de dispersar a los manifestantes sin daños colaterales.

La prueba de fuego se cumplió, fue hace 15 años, pero ese recuerdo aún perdura en la mente del hoy subcomisario Posada Jaramillo, porque fue precisamente en ese escenario que entró en acción por primera vez el Escuadrón Antidisturbios que con honor y orgullo fundó en la capital de Bolívar.

Posada Jaramillo, es un hombre de calle, de esos que le gusta estar al frente de su grupo, pero ahora por cosas del destino le toca detrás de un escritorio desde donde coordina todas las actividades del ESMAD.

Nació un 8 de octubre de 1977 en Cartagena de Indias, su experiencia en contraguerrilla le permitió entrenar en 2007 a un grupo de 155 hombres que hoy hacen parte de esa fuerza especial de la Policía que ya suma en esta sección del país un total de 199 guerreros disponibles 24/7 para apoyar en casos de disturbios bajo la consigna de no violar los derechos humanos.

El subcomisario, un hombre de tez morena y de 46 años de edad, asegura que nació para ser Policía y siguió el ejemplo de su padre. Su disciplina y responsabilidad le han permitido estar en la Institución por más de 28 años donde ha sido reconocido por su valor y compromiso.

Orgulloso de sus compañeros de quienes se ganó el respeto, dice que esta fuerza especial es necesaria porque en Colombia aún no hay una cultura de manifestación pacífica y que inclusive las grandes potencias mundiales cuentan con este tipo de grupos para garantizar que los desmanes tengan el menor impacto negativo posible.

El subcomisario señala que es un honor y un gran acierto haber fundado el ESMAD, su mayor felicidad es ver el regreso de sus compañeros para abrazar a sus familias, su mayor temor es que un mal procedimiento los saque de la Policía. “Como Comandante de esta fuerza tuve bastantes requerimientos judiciales pero gracias a Dios pude salir airoso de todos, es decir hecha la investigación no hubo razones para determinar culpabilidad gracias a Dios”.

Posada Jaramillo, se considera un hombre de buenos sentimientos, de esos que siente y le duele el dolor ajeno, llora al ver tanta injusticia pero en cumplimiento del deber le toca hacer cumplir la constitución y las leyes, siempre respetando los derechos humanos.

“Las armas no letales, el fusil lanza gas, las granadas de aturdimiento y el protector corporal, solo son una coraza, por dentro somos hombres que sentimos y que nos duelen las injusticias, por ejemplo hacer un desalojo y ver tantos niños que al igual que sus padres luchan por una vivienda digna. En esos momentos no quisiéramos que ellos nos vean como una fuerza represiva, sino como policías a quienes nos toca cumplir con su deber donde todos tenemos derechos y deberes”, dice el subcomisario Posada.

Reitera que los del ESMAD son hombres de honor cumpliendo su deber, hombres que aunque muestran rudeza, en el fondo sienten temor en cada procedimiento porque no saben a qué se van a enfrentar en el terreno y siempre deben actuar respetando los derechos humanos. “Lo más difícil es dar la orden de proceder y toda la responsabilidad de lo que allí pase recae sobre el Comandante”.

Su vida no ha sido fácil, antes de ser Policía, le tocó huir de Colombia en medio de la guerra de carteles de la droga en Medellín donde vivía con sus padres. A lo largo de su trayectoria policial se ha enfrentado a varias situaciones de riesgo, estando en grupos de contraguerrilla en pleno recrudecimiento del conflicto armado en Montes de María, fue embocado en dos oportunidades. También declarado objetivo militar porque dio de baja a un cabecilla del frente 37 de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC.

El subcomisario Posada Jaramillo, vive su vida en medio de alegrías y tristezas, aun no supera el haber salido de la comandancia de su grupo para integrar uno de logística donde hay mucho trabajo pero poca acción.

Posada, camina lento por una lesión en una de sus piernas que le quitó la posibilidad de seguir al frente de su escuadrón y de practicar los deportes que más le apasionan, el futbol y el béisbol. También es amante de los animales.

Se describe como un hombre alegre marcado por el signo Libra y es considerado por sus compañeros como un gran líder. Quiere dejar el legado de la responsabilidad y el cumplimiento del deber bajo las normas del buen comportamiento. Es padre de tres hijos de los que se siente orgullosos tan orgulloso como lo está de su Institución Policial.

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