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18 diciembre 2023
Emilio Gutiérrez Yance, Subintendente de Policía en Bolívar y actual Jefe de Comunicaciones es llamado entre sus compañeros “El Cazador” de historias en la institución.
Se dedica a escudriñar pormenores de todo tipo de situaciones ocurridas a familiares y cercanos al personal policial. No es periodista pero escribe crónicas, tiene más de 300, que han hecho llorar a muchos.
Actualmente tiene 18 años de estar vinculado a la Policía Nacional, nació en el tradicional barrio Pescaíto de Santa Marta, estudió en la Escuela Francisco de Paula Santander, y allí aprendió a jugar fútbol, y gracias a su talento logró escalar en diferentes categorías y como volante llegó a la Primera B de su amado equipo, Unión Magdalena.
Afirma que es un sueño reprimido porque solo un accidente que tuvo en su rodilla, lo obligó a desistir y hoy recuerda con mucha nostalgia a compañeros con los que compartió fútbol como Luis Carlos Ruiz, Alexis Henríquez, asistente técnico de América, Lucas González, Aldo Leao y muchos profesionales. También recuerda que le tocó enfrentarse en esos años a destacadas figuras del balompié colombiano como Teófilo Gutiérrez y Magnelly Torres.
Después de muchos intentos fallidos, logró ingresar a la Policía Nacional en 2005 y fue uno de los mejores estudiantes de la Dirección de Inteligencia de la institución.
No estudió periodismo, es empírico y dice tener un don para la escritura, es un ávido lector, se lee un libro semanalmente, ha escrito más de 300 crónicas y afirma que para escribir sus historias solo observa, le «sacatripas» a sus entrevistados y luego aterriza todo lo que ve, y lo convierte en crónicas.
También escribe poesía, la cual fue su fuente natural en esta actividad, en la cual se inició en el año 2020.
Recuerda con una memoria fotográfica esa primera crónica, la cual llamó «El día que la muerte atropelló la felicidad», en donde narró la historia del esposo de una amiga que esperaba un hijo, y quien murió en la tragedia provocada por la explosión de un camión cisterna en la población de Tasajera, Magdalena, en momentos en que muchas personas se volcaron hacia el automotor y con tan mala suerte que detonó.
«Me llena de satisfacción cuando las personas y compañeros se me acercan para felicitarme porque se sienten identificados con las historias que narro», afirma.
También en su libro de recuerdos está lo sucedido con un compañero suyo a quien el Clan del Golfo asesinó en Carmen de Bolívar, frente a su pequeño hijo y le tocó dialogar con su esposa (viuda) en medio un llanto inconsolable, a quien le dijo «si quieres paramos la entrevista», pero la viuda le dijo que no.
Igualmente la crónica de una hija que no quería ver morir a su joven madre de un cáncer que padecía.
Se le viene a la mente la llamada que recibió del periodista Carlos Figueroa, para felicitarlo por la crónica que le hizo a un compañero de institución el Día de Las Madres, porque narró tan bien la historia, que le hizo recordar lo que también es él, padre y madre para sus hijas y por supuesto, se sintió identificado con ella.
Resalta el reconocimiento que se ha ganado no solo entre sus compañeros en Cartagena y Bolívar, sino a nivel nacional, en donde conocen de su labor de escribir crónicas.
Se declara una persona muy sensible y apasionado para escribir estas historias, las cuales redacta en un lenguaje es universal, no maneja tecnicismo y está consciente que su trabajo, gusta.
«Amo tanto la policía que si me toca barrer, lo hago con el mayor gusto», afirma.
trata de que mi trabajo sea insoluble con la prensa, con quien ha hecho las cosas bien».
También expresó su total agradecimiento al coronel José Abdón Galindo, quien le dio la oportunidad de liderar la Oficina de Prensa de la Policía de Bolívar, lo cual le abrió muchas puertas y siempre trata que exista un trato indisoluble con la prensa.
