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Un mes después del desmonte total del edificio Aquarela, el terreno está totalmente baldío y el agente interventor, Andrés Rodríguez, toma posesión del predio.
Habitantes de la zona cuentan cómo fue su experiencia durante el proceso del desmonte del edificio ubicado a pocos metros del Castillo de San Felipe.
«Gracias a Dios ya vemos el sol cuando sale. Estamos tranquilos y felices». Con esa frase, Nadia Pico, habitante del barrio Torices, celebra el éxito que tuvo la Alcaldía de Cartagena en la demolición del cuestionado edificio Aquarela, el cual puso en riesgo la declaratoria de Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad que posee Cartagena de Indias.
En esta zona se respira un aire diferente. El sitio donde estuvo en pie por siete años el edificio que opacaba la visibilidad de uno de los sitios turísticos más atractivos de la ciudad hoy está totalmente desolado, pues los escombros que habían quedado de la demolición ya fueron llevados al botadero oficial.
«Nosotros antes nos levantábamos y, al asomarnos a la ventana, lo primero que veíamos era el edificio. Ahora salimos y tenemos ese espacio donde podemos ver el cielo y respirar otro aire. Lo mejor es que no corremos más riesgos como vecinos de este sector, donde no se pueden construir edificios de altos niveles», comentó Ramiro Vásquez, Habitante de la zona.
Fue en el 2017 cuando la Organización de las Naciones Unidas para la Cultura, las Ciencias y la Educación – Unesco, dio la solicitud de demoler sin contemplaciones esta edificación, pues su construcción “perturbaría y destruiría… la relación histórico visual y simbólica existente entre el castillo y sus alrededores”. Pero, solo hasta este año, fue cuando la Administración Distrital, en cabeza de su alcalde Dumek Turbay Paz, acogió esta solicitud desmontando en su totalidad la edificación, culminando con éxito los trabajos el pasado 2 de noviembre.
Ante este escenario, el alcalde mayor, Dumek Turbay, encargó la gerencia del proceso de demolición a la Empresa de Desarrollo Urbano (Edurbe S.A.), que contrató a la empresa Atila, especializada en demoliciones a nivel nacional. Junto con el equipo técnico de Edurbe, Atila diseñó un plan de trabajo dividido en cuatro fases. Para ello la Alcaldía Mayor de Cartagena destinó una inversión total de $11.897. 368. 355, 77.
«Con esta demolición logramos ratificar el Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad, no solo de Cartagena y de Colombia, sino del mundo. Porque es una victoria que va más allá de nuestra ciudad o del país. Es ponerle fin a un riesgo enorme que nunca debió existir”, dijo Turbay Paz.
Acompañamiento total a la comunidad
El compromiso de la Alcaldía no se limitó a la demolición del edificio, sino también al acompañamiento integral a las familias que adquirieron inmuebles en el proyecto Aquarela y a los vecinos del sector.
Las más de 300 familias que confiaron en el proyecto se han visto gravemente afectadas por el incumplimiento de las promesas de la constructora. En este sentido, el alcalde Turbay anunció la apertura de un proceso legal contra los responsables de esta estafa masiva. Además, el Distrito ha activado mecanismos legales, incluyendo una acción popular, para exigir la restitución de los recursos de los compradores y garantizar la reparación de sus derechos.
Desde el 22 de marzo, cuando se inició la demolición del edificio, la Alcaldía de Cartagena, en conjunto con el equipo social de Atila, estuvieron realizando un acompañamiento permanente con la comunidad aledaña a la edificación, donde les explicaron detalladamente cómo se realizaría la demolición.
«Desde el día uno en que la alcaldía decidió asumir este proceso, el alcalde encargó a Edurbe para que verificarán todo el proceso y realizarán el acompañamiento a la comunidad. Fue así como hicimos actas de vecindad antes, durante y ahora que se finalizó el contrato de los inmuebles ubicados alrededor del edificio, esto con el objetivo de tener claridad de si se tuvieron o no afectaciones», dijo el gerente de Edurbe, Alfonso Nieves.
El gerente de Edurbe señaló que el contrato terminó el 30 de noviembre a satisfacción y ahora la persona que toma posesión del lote es el agente interventor, Ángel Rodríguez Sánchez.
«Ahora él se está encargado de lo que ocurrirá con este lote, buscando devolver a los afectados lo que invirtieron en este espacio que en realidad son 6 lotes, en los cuales alcanzaron a construir solo una edificación», indicó Nieves.
Añadió: «Desde Edurbe estuvimos a cargo de cumplir con lo solicitado por el alcalde y lo que se buscaba era recuperar el espacio público, garantizar la declaratoria de Patrimonio de la Humanidad y recuperar los recursos consignados por 360 familias de la ciudad de Cartagena y nosotros como distrito estamos tratando que esos recursos regresen a estas familias y eso se está haciendo de la mano con el interventor».
«Aquí venían los ingenieros a explicarnos cómo sería la demolición, nos pedían permiso para trabajar en horas no permitidas, domingos y/o festivos. Yo tengo una pérdida de audición del 90% y al principio cuando iniciaron la demolición yo no podía usar mi aparato porque me molestaba, y ellos trataron de minimizar el ruido para no afectar mi integridad», comentó el residente Ramiro Vásquez.
Lo mismo señaló Nadia Pico. «Nos explicaron cómo iban a hacer todo e indicaron que pondrían lonas y demás elementos para minimizar el polvo en nuestras viviendas y así fue. También hicieron inspecciones antes, durante y después para ver si las casas habían estado con afectaciones. La verdad no me puedo quejar».
La demolición del edificio Aquarela no solo resuelve un problema legal y social, sino que también permite la recuperación del espacio público, un tema central en la agenda de la Alcaldía de Cartagena. La intervención garantiza que la ciudad pueda continuar creciendo de manera ordenada, sin que proyectos ilegales o invasivos pongan en riesgo su patrimonio histórico, su identidad cultural y el bienestar de sus habitantes.
¿Qué se viene para el lote?
Emilio Molina, director administrativo de Control Urbano, en atención a las directrices del alcalde Dumek Turbay, ordenó la toma de posesión de los bienes y negocios de la Promotora Calle 47, fundamentado en el incumplimiento de las obligaciones establecidas en la ley para enajenadores de más de cinco unidades de vivienda en Cartagena. Esta decisión respondió a la imposibilidad del constructor de entregar los inmuebles adquiridos por los compradores afectados.
«Para gestionar este proceso, se designó a un agente especial como representante legal de la sociedad, encargado de consolidar y liquidar sus activos. Entre los bienes identificados se encuentran: Propiedad sobre dos lotes de seis que están delineados en el terreno, participaciones en los otros cuatro lotes y residuos reutilizables de la demolición, como hierro y PVC», comentó Molina.
Añadió: «El agente especial tiene como objetivo vender estos activos y utilizar los recursos obtenidos para resarcir económicamente a las familias que invirtieron en el proyecto. Además, se ha emitido un edicto para convocar a todas las personas afectadas y garantizar un proceso transparente y ordenado».
Ante esto Ángel Rodríguez Sánchez, agente interventor, contó que ahora que tomó posesión, lo que está haciendo para reparar a las víctimas de la constructora es «realizar el estudio y levantamiento topográfico de demarcación; puesto que, como se hizo la toma de posesión en Medellín, no nos dieron los lotes que están aquí en Cartagena. Esos terrenos que están aquí, hay dos a nombre de la Promotora y hay cuatro más que están a nombre de la fiducia”.
Rodríguez contó que demarcarán los lotes que están a nombre de la promotora para ver si ya pueden enajenarlos o venderlos, y así comenzar el proceso de reparación de las víctimas.
«Los lotes que están a nombre de la fiducia o el encargo fiduciario Aquarela, tocará liquidar el patrimonio autónomo que en este caso es Aquarela y, en ese orden de ideas, que la fiducia le dé lo que le corresponde a la constructora y así poder enajenar y comenzar la reparación de víctimas”, expresó, añadiendo que «de los cuatro lotes que están a nombre de la fiducia, el 10% hacen parte de la constructora».
El interventor también explicó que: «El apoyo que está prestando la alcaldía a los afectados es el acompañamiento en todo el proceso y el reconocimiento. El apoyo más grande fue la intervención y seguir con todas las gestiones para llevar a buen término todo este proceso de las reparaciones. Ahora estamos en el proceso de avalúo y peritaje de dos predios para venderlos y así adjudicarlo a las víctimas».
Así fue el proceso de demolición
El proceso de demolición se realizó en cuatro etapas o fases.
La primera fase se llevó a cabo mediante técnicas de demolición con maquinaria convencional. Durante esta etapa, se derribaron seis niveles, desde el piso 25 hasta el 20.
En la segunda fase se implementó un método de cortes diamantados y desmonte de módulos de muros y losas de concreto, utilizando grúas de alta capacidad de carga. En esta fase, se desmontaron 10 niveles, del piso 19 al 10.
En la tercera fase se incluyó el uso de maquinaria de largo alcance para la demolición, hasta derribar el piso 4. Finalmente, en la cuarta fase, con el uso de maquinaria estándar, se abarcó la demolición de los últimos tres niveles.
El Futuro: Seguridad Jurídica y apoyo al sector de la Construcción
Como parte de la estrategia “Cuida tu Inversión”, la Alcaldía de Cartagena también ha reforzado los controles sobre los proyectos inmobiliarios en la ciudad, exigiendo un registro obligatorio de enajenadores y promoviendo alianzas con la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) para fortalecer el sector legal y proteger las inversiones de los ciudadanos.