Por: Bernardo Romero Parra
Ante la crisis sociopolítica de la administración del Señor Presidente Gustavo Petro, al no lograr los consensos políticos en el Congreso que le facilitaran la aprobación de sus propuestas de reformas. Nuestras investigaciones sobre las formas de gobierno que se implementan el mundo actual concluyen que la alta desfavorabilidad del Jefe del Estado en grandes sectores de la población a pesar de su voluntad en ejercer un mandato en favor del pueblo colombiano. Obedecen a un cumulo de errores estratégicos como la ausencia de políticas de gobierno que den respuesta a la población necesitada y los tiempos inadecuados para la presentación de los proyectos de ley que plantean las reformas, al desconocer las etapas de alistamiento y formulación que hacen parte del más básico proceso de planeación.
Consideramos que en un gobierno progresista en Colombia, las reformas debían ser el producto del ejercicio de la gobernanza que identificara las fallas en administración pública que impiden el cumplimiento de los fines del Estado consagrados en la Constitución. Por lo tanto se ha debido prever desde la Presidencia y su gabinete la adopción de estrategias para conocer en el interior de todos los niveles de la estructura burocrática, los comportamientos contrarios a la transparencia y las buenas prácticas administrativas. También se ha debido consultar a los actores sociales de cada área en estudio, partidos políticos, gremios, sindicatos y organizaciones con el fin de concertar propuestas de solución que dieran la legitimidad y asegurara el respaldo de las bases a los cambios administrativos.
Por otra parte creemos que el gobierno de Petro, ha debido Gobernar en sus dos primeros años, pidiendo a los funcionarios del Estado que se esforzaran en llevar soluciones a la población implementando el cambio prometido, haciendo que la ejecución presupuestal de Ministerios y demás entidades fuera óptima y que las intervenciones de la Supersalud a la EPS se hicieran apenas comenzaba el mandato de Petro basados en el control técnico a la gestión y no a criterios políticos.
Por la situación del país, el presidente Petro debería reorientar su administración y rectificar el proceso de las reformas en Colombia, escuchando a la gente en las comunidades y gobernar enviando su gabinete a las ciudades y regiones para resolver las necesidades populares, de lo contrario seguirán las marchas y movilizaciones sociales de la ciudadanía inconforme y el Congreso motivado por la presión ciudadana fortalecerá su oposición a los cambios. Se puede gobernar y después pensar en las reformas.
