La violencia económica, una realidad silenciosa
13 septiembre 2020Hoy domingo 11 horas sin energía todo el sector turístico de Cartagena
13 septiembre 2020
Por: Freddy Machado, Abogado
Su nombre es Hilario Martínez Pautt. Desde los nueve años ha cuidado carros en la Plaza Telecom en Cartagena. Las leyes laborales, supuestamente, prohíben que los niños trabajen, pero esas leyes no siempre se aplican en favor de los más desfavorecidos.
La Plaza es la misma. La empresa Telecom hoy no existe pues la liquidó uno de esos tantos gobiernos que favorecen al capital extranjero, y el sitio ha sido rebautizado: hoy se llama, Benkos Biohó. Debo decir que muchos de los cartageneros mayores se resisten a ese nuevo nombre, como se resistió el indómito esclavo africano a ser gobernado por sus opresores.
Los que no conocieron la Plaza Telecom en el siglo pasado, deben saber que todo lo que es hoy zona verde y jardines floridos, eran parqueaderos y amplias tiendas de comidas (“tenderetes” me corregirán mis amigos de San Diego).
En ese espacio, Hilario Martinez Pautt se hizo viejo y sabio, por eso todos lo llaman: El Viejo.
Es curioso, cuando termina la jornada laboral y lo llamo para que me entregue las llaves de la Vitara, le grito:
– Viejo…
Entonces todos en el sector vuelven la mirada pues es una plaza que tiene pega pega para muchos jubilados que la han adoptado para sus reuniones.
Y, con la picardía de quien se ha criado a pulso en esa plaza, me ha dicho: “viejo es el mar y todavía se mueve; viejo es el sol y todavía alumbra; viejo es la brisa y todavía levanta polvo…” Su frase siempre me hace sonreír pues tiene mucha “calle” y confieso que desconocía esa última estrofa sobre el viento y su picante doble sentido…
Hilario es muy serio. Conseguir un parqueadero en el centro de Cartagena es una aventura pero más difícil es conseguir un buen cuidador de carro. El Viejo es consciente que su oficio exige credibilidad y la confianza necesaria como para que el cliente deje las llaves de su vehículo.
En esta Pandemia la suerte no ha estado de su lado. No porque el confinamiento haya reducido los parqueos en esa zona al frente de los juzgados, su sitio de trabajo, sino por quebrantos de salud.
Ocurre, para los que no lo saben, que una isquemia cerebral lo ha desplazado hasta su casa de Chiquinquirá y eso tiene triste a todos sus clientes pues “El Viejo, es una leyenda de esa plaza.
Sus hijas son las que lo atienden ahora y las que velan por su salud. Me han contado que tiene medio cuerpo dormido y que también tiene dificultades con la presión arterial y el azúcar.
El Viejo es un luchador. No es de esos que nacieron para estar encerrado en una casa. El, es un hombre de plazas. Rogamos a la Providencia nos permita volver a ver al Viejo, posicionado, al lado de Jairo, su escudero, en su oficio de “cuidador de carros” y que la solidaridad de sus amigos y clientes se “movilice” para ayudar económicamente a los suyos a cubrir sus gastos en medicinas y las mejores terapias.
Fuerza Viejo!
PAREN BOLA: las ayudas económicas se pueden consignar a su hija LEYDY MARTÍNEZ CARABALLO en su cuenta de NEQUI 3004575803.-