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28 agosto 2023
Por: José Consuegra
En buena hora, España se moviliza para condenar la conducta errática del dirigente, incluso, con la renuncia masiva de las jugadoras de la selección, lo que servirá para que hechos como este no se repitan.
La visibilidad y la relevancia que ha cobrado el fútbol femenino es producto del trabajo denodado, sostenido y lleno de dificultades, de las deportistas. Ellas han tenido que sortear diversos obstáculos para abrirse paso en una disciplina históricamente dominada por hombres no solamente en el campo meramente deportivo sino en el directivo.
En la actualidad, de acuerdo con el informe sobre fútbol femenino 2023, de la FIFA, la cantidad de mujeres y niñas que participan en el fútbol federado en el mundo ha aumentado en casi un 25 % en comparación con 2019, hasta alcanzar hoy los 16,6 millones de jugadoras.
De hecho, la Copa Mundial Femenina de Australia y Nueva Zelanda 2023 rompió récords en asistencia: más de 1.900.000 entradas a los escenarios, es decir, un incremento del 29 % frente al Mundial de 2019. Han trascendido cifras de audiencia televisiva sin precedentes como en el país ganador, España, donde la final fue vista por 5,5 millones de espectadores; en Inglaterra, por 12 millones; en China, 53,9 millones, entre otros. En Colombia, el primer partido de nuestra selección fue visto por 2,84 millones de personas, tres veces más que la copa anterior.
El campeonato mundial fue todo un éxito en lo deportivo y en cuanto a audiencia. Lastimosamente, al cierre se presentó el gesto inaceptable del presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, quien besó en la boca, sin consentimiento, a la jugadora Jenni Hermoso, empañando la celebración por el campeonato ganado por dicha selección. Tal fue el impacto de su acción que ha sido presionado para que dimita a su cargo, aunque se negó, y la FIFA anunció la apertura de un proceso disciplinario en su contra.
En buena hora, España se moviliza para condenar la conducta errática del dirigente, incluso, con la renuncia masiva de las jugadoras de la selección, lo que servirá para que hechos como este no se repitan.
Vale destacar el papel de lujo cumplido por nuestra selección de mayores, quienes, sin duda, fungen como embajadoras del deporte colombiano y, gracias a su capacidad y esfuerzo, lograron llegar por primera vez a los cuartos de final, haciéndonos vibrar y gozar las mieles del triunfo. Esperemos que este sea el punto de partida para consolidar aún más la liga profesional femenina.
El fútbol femenino tiene todas las condiciones para brillar a la par —o mucho más— que el masculino y se constituye en un ejemplo más de la lucha de las mujeres por el pleno reconocimiento de sus derechos y espacios de ejercicio profesional y laboral. ¡Acompañémoslas!