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La grandeza de Wilmar

Por: Bernardo Romero Parra.

Las competencias con que se desempeña en el medio campo de juego, son excelsas. Su andar es seguro y al enfrentar a los atacantes sea Messi, Neymar o cualquiera, lo hace con autoridad no dejándolos avanzar, protegiendo así a su equipo. Ese es el cartagenero Wílmar Barrios, jugador titular de la selección Colombia de fútbol, quien se ha destacado como la gran figura en la Copa América que se realiza en Brasil. Para los que somos de aquí y amamos esta tierra es una gran satisfacción que un joven de las barriadas populares como La Candelaria, donde se entroniza la pobreza, esté realizando sus sueños de superación humana a través del fútbol, verlo descollar entre las estrellas del fútbol mundial demostrando condiciones superiores evidencia que con talento, disciplina, sacrificio y voluntad se pueden alcanzar las metas que nos pongamos en la vida.

Wílmar pudo progresar liberándose de las trampas de la pobreza y hoy es un modelo para que le arranquemos a la miseria y el abandono a esa multitud de jóvenes coterráneos que como él, tienen el mismo genotipo y talento para el deporte, el arte o las ciencias, pero que se pierden por falta de orientación y apoyo por parte de sus familias y del Estado. La tarea del Instituto de Recreación y Deportes, Ider, debería ser la de descubrir, reclutar, formar y patrocinar deportistas, al igual que lo puede hacer el IPCC en las artes o la Secretaría de Educación de manera íntegra con énfasis en la ciencias, entidades que pueden articular proyectos con el Programa de Emergencia Social, PES, para la generación de ingresos a los deportistas.

Evidencia de lo expuesto, son los éxitos de numerosos cartageneros en las Grandes Ligas del béisbol que gracias en la mayoría de las veces al respaldo de sus familias consiguen la meta de mejorar las condiciones atléticas y la firma de jugosos contratos, sostén que no tienen otros jóvenes que ven truncados sus anhelos. La ciudad debe reconocer las luchas y conquistas de sus nativos y residentes para la superación, no podemos seguir viviendo similar a la lata de cangrejos, y por el contrario aplaudiendo los logros de unos se puede promover que otros también se esmeren en alcanzar los suyos. Luego la grandeza de Wílmar es haber derrotado la pobreza, recibir las mieles de la riqueza y la corona de su labor profesional con humildad y sentido de pertenencia teniendo de presente quién es y de dónde viene.

Felicitaciones a Wílmar y que Dios Padre continúe bendiciendo a Cartagena. ¿Por qué en las poblaciones de la bahía no hemos sacado un campeón mundial de natación?

*P.U. Comunicación Social Periodismo. Especialista en Formación de Formadores.