Una pausa para reflexionar
20 abril 2025
Finalizo en Cartagena de Indias “Corre y anuncia tu fe”: la carrera del Domingo de Pascua
20 abril 2025

La jaula emocional del éxito

Compártelo:

Por: Roberto Goji

Cuando sabes que deberías moverte, pero algo en ti no te deja soltar lo que lograste.

Despiertas una mañana y todo parece estar en orden. No hay crisis, ni urgencias, ni emergencias pendientes. El día comienza con calma, la agenda controlada, tu rutina perfectamente ajustada a lo que construiste durante años.

Desde afuera, todo luce como una historia de éxito: los proyectos avanzan, tu trabajo es reconocido, las personas valoran lo que haces. Llegaste exactamente al lugar que soñaste hace tiempo, y ahora estás ahí. Y sin embargo, algo dentro de ti se siente extraño, fuera de lugar, como si ocuparas un espacio que dejó de pertenecerte hace tiempo.

Al principio intentas ignorarlo. Piensas que puede ser cansancio, tal vez estrés acumulado o una fase pasajera. Pero la sensación persiste. Cada día es un poco más clara: ya no es suficiente que las cosas simplemente funcionen. Ahora necesitas que tengan sentido, que te representen, que hablen realmente de quién eres hoy.

Y sabes, muy en el fondo, que eso ya no está pasando.

No es una crisis, ni un colapso visible. Es más silencioso, más difícil de admitir. Es como estar en una habitación perfectamente ordenada, cómoda, familiar, pero darte cuenta lentamente de que todas las puertas están cerradas desde afuera. Y aunque todo parece estar bien, algo en ti sabe que no puedes quedarte allí mucho más tiempo sin perder algo esencial de ti mismo.

Ese es el momento que nadie te enseña a enfrentar. La cárcel emocional del éxito. No tiene barrotes, sino estabilidad. No tiene guardias, sino reconocimiento. Y es precisamente por eso que resulta tan difícil reconocerla, aún más difícil salir.

El verdadero problema no es lo que haces, sino la persona que tienes que seguir siendo para mantenerlo. Lo que lograste en el pasado ahora exige que sostengas una versión antigua de ti. Y mientras el entorno aplaude tus resultados, tú empiezas a sentir que esa identidad ya no te contiene, que se volvió demasiado estrecha para lo que necesitas ser ahora.

Y entonces surge la tensión más profunda, la más dolorosa: ¿cómo sueltas algo que aún funciona, que te dio reputación, ingresos, estabilidad? ¿Cómo explicas que lo que para otros es éxito, para ti se convirtió en una jaula invisible que te impide seguir creciendo?

Aquí es donde el texto podría volverse repetitivo, pero es justo aquí donde tienes que tomar una pausa y visualizar claramente los dos caminos frente a ti:

Por un lado, podrías quedarte exactamente donde estás, mantener intacta la estructura que te da seguridad y prestigio, continuar haciendo lo que sabes hacer bien y así mantener la aprobación de todos, excepto la tuya propia.

O podrías tomar el camino incómodo, el que implica riesgo, incertidumbre, dudas, pero también honestidad. Un camino que tal vez hoy no puedas describir por completo, pero que representa tu verdadera evolución, tu verdadera identidad. Un camino donde dejas de hacer solo lo que funciona, para comenzar a hacer lo que tiene sentido.

No se trata simplemente de irte o quedarte. Se trata de decidir entre la comodidad estable que cada día se siente más ajena, o el crecimiento incómodo que te devuelve el propósito, que te hace sentir vivo, conectado, íntegro.

En realidad, no estás atrapado por lo que lograste, sino por la narrativa que construiste alrededor de eso. Esa narrativa te dice que soltar es perder, que moverte es fracasar. Pero quizás el verdadero fracaso sea quedarte quieto cuando ya sabes que necesitas avanzar.

Lo he visto en muchos líderes, en profesionales brillantes, en personas que admiro profundamente. Y debo admitirlo: también lo he vivido. Sé perfectamente cómo se siente despertar en ese punto donde el éxito ya no es suficiente. Donde tienes que elegir entre quedarte en un lugar seguro que ya no te refleja, o dar el paso incómodo hacia un lugar nuevo que aún no conoces, pero que se siente más auténtico.

Y si hoy te estás haciendo estas preguntas, tal vez es porque ya empezaste a ver lo que muchos todavía no pueden reconocer: que a veces lo más valioso no es lo que construyes, sino lo que eres capaz de soltar para seguir creciendo.

Entonces piensa, por un momento: ¿qué pasaría si no te mueves? ¿Qué versión de ti estás eligiendo mantener viva? ¿Qué precio pagarás por no arriesgar lo que construiste? Y sobre todo, ¿estás dispuesto a quedarte donde estás, sabiendo que ya no te representa?

Tu historia no tiene que terminar en el éxito que alcanzaste. Puede continuar en lo que ahora te atrevas a rediseñar con claridad, sin ruido, con valentía y con la certeza profunda de que lo único peor que perder lo que lograste, es perderte a ti mismo por no atreverte a dar el paso.

Porque, al final, lo que define tu verdadero éxito no es cuánto puedes sostener, sino qué tan dispuesto estás a transformarte cuando el lugar en el que estás, ya no refleja quién eres realmente.

Roberto Goji
Ingeniero de Conocimiento | Diseño trayectorias que convierten lo que sabes en activos estratégicos | Creador del sistema 100 DROPS y de “Tu Primer Activo”

📩 roberto.goji@miurahub.com | 🔗 LinkedIn: https://www.linkedin.com/in/robertogoji

Compártelo: