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«La sociedad de la nieve»: impactante historia en Netflix de los sobrevivientes de los Andes

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Tomado de Revista Diners

En 1972 un avión se estrelló en la cordillera de los Andes, solo 16 personas lograron sobrevivir bajo las circunstancias más difíciles. Esta historia llega ahora a los cines. Entrevista con el director J.A. Bayona.

Como sucede con el libro en el que se basa, esta película es el inmejorable resultado de dejar madurar una historia y dejar en evidencia que detrás de una tragedia y de la adversidad que conlleva hay un escenario conformado por personas que dudan, luchan y pueden unirse para crear una sociedad que les permita sobrevivir. De ahí el nombre del libro y de la cinta: La sociedad de la nieve. Y es que es la historia de 16 sobrevivientes y aquellos que quedaron en la montaña, que crearon una sociedad para lograr sobrevivir luego de que su avión se estrellara contra las montañas en medio de uno de los lugares más inhóspitos y salvajes del mundo: la cordillera de los Andes.

Esta historia real ocurrió el 13 de octubre de 1972 cuando un avión de la Fuerza Aérea Uruguaya, que despegó de Montevideo con 45 personas con destino a Santiago de Chile, chocó contra la cordillera de los Andes. Entre los pasajeros iban 19 miembros del equipo uruguayo de rugby Old Christians Club junto con familiares y amigos.

Los sobrevivientes al choque quedaron varados en un glaciar a 3.500 metros de altura, rodeados solo por nieve y rocas, sin abrigo, sin comida, y solo con frío y desespero. El tiempo pasó; cada segundo era una lucha, hasta que 10 días después del choque, escucharon por la radio que se cancelaba la búsqueda y que a todos se les daba por muertos. Desesperados, tuvieron que recurrir a las medidas más extremas que alguien pueda imaginar.

J. A. Bayona, quien ya había contado en “Lo imposible” la historia del tsunami que arrasó buena parte de Tailandia, ahora relata esta historia con el mayor tacto pero a su vez con el toque necesario de mezclas de emociones para el espectador. En Diners, conversamos con el director español sobre esta cinta que llega a los cines el próximo 14 de diciembre y estará disponible en Netflix desde el 4 de enero.

¿Hubo una intención específica detrás de que la película saliera en este año y fuera grabada en ese momento?

Conocí esta historia en 2009 cuando estaba preparando “Lo imposible”, y se publicó el libro en España. Lo leí por curiosidad y entendí que la historia de los Andes era mucho más grande, mucho más profunda de lo que yo pensaba. Y ahí me quedé enganchado; han sido diez años intentando rodarla, pero quería hacerlo en español, de la manera más realista posible, con actores locales con acento uruguayo. Nos costó mucho hasta que Netflix entró para lograr rodarla con toda la ambición que queríamos.

Juan Antonio García Bayona es un director de cine y productor español. Es autor de películas como El orfanato, Lo imposible y Un monstruo viene a verme. Foto. cortesía Netflix.

¿Cómo fue el acercamiento a los sobrevivientes? ¿Se dieron cuenta de algo que no estuviera descrito dentro del libro?

Lo primero que hicimos fue sentarnos con los sobrevivientes en 2018; fueron más de 50 horas de entrevistas, y allí me di cuenta de algo que me impactó mucho: la relación con todos aquellos que no regresaron de la montaña. Incluso en el libro hay conversaciones con ellos. Me parecía interesante llevar esas conversaciones a la pantalla y que el punto de vista de la historia fuera un punto de unión entre los sobrevivientes y los que fallecieron, poniéndolos a todos en el mismo nivel de importancia.

¿Cuál fue la reacción de los sobrevivientes al ver la película?

Ellos dieron su apoyo a los actores todo el tiempo, pasaron tiempo juntos y establecieron un vínculo. Eso fue de gran ayuda para tener a los actores informados y que usaran herramientas en el set de rodaje.

Podría decirse que en la película todos son héroes, pero ¿usted empatizó más con algún personaje?

Siempre tuve mucho cuidado de no crear protagonismos; hablo de Numa, que es el narrador y no el protagonista. Él es el vehículo con el que conocemos al resto, y es el punto de unión entre los que regresaron y los que se quedaron. Uno de los retos fue hacer que nadie quedara por encima de los demás.

LA SOCIEDAD DE LA NIEVE (L to R) AGUSTIN DELLA CORTE as TINTIN in LA SOCIEDAD DE LA NIEVE. Cr. QUIM VIVES/NETFLIX © 2022

Es muy interesante el debate ético que se genera en las circunstancias extremas, como lo vemos con el canibalismo. Fue evidente que hubo una preocupación por no rozar en el morbo, sino generar empatía por lo que ellos tuvieron que vivir. ¿Qué cosas particulares tuvo en cuenta a la hora del debate ético?

Eran estudiantes, entonces abordaron el tema desde varios puntos de vista. Lo consensuaron siempre desde la visión religiosa, médica e incluso legal. No se forzó a nadie a hacer nada que no quisiera. A la hora de contar la historia, es muy complicado porque, aunque ellos pudieron llegar a perder el miedo en la montaña a lo que hacían, para el público en el cine es muy difícil entender esas imágenes. Nosotros intentamos más sugerir que mostrar, también por respeto a las víctimas y a los supervivientes.

LA SOCIEDAD DE LA NIEVE (L to R) ENZO VOGRINCIC as NUMA in LA SOCIEDAD DE LA NIEVE. Cr. QUIM VIVES/NETFLIX © 2022

¿Hubo algún objetivo con dar alguna enseñanza a partir de esta historia o es simplemente retratar esta historia real?

Conversé con los guionistas para que no hiciéramos una película de mensaje. Son 16 supervivientes con los que hablamos; cada uno tiene una visión diferente, y cada uno en el público se hace su propia idea. Pero sí es verdad que había que encontrar un punto de encuentro entre los sobrevivientes y el público, y hay algo que me gusta y que está en la película, y se ejemplifica en lo que le dicen a Roberto Caneci de que: “tú tienes las mejores piernas, camina por nosotros”, que es esa idea de que tú y el otro son parte de lo mismo; que se puede sobrevivir en el otro y que de alguna forma sin la supervivencia del otro uno tampoco sobrevive. No solo desde lo físico, sino también desde lo emocional, y es entender que tú y el otro son lo mismo, y que todos son igual de importantes, y esa me parecía una buena línea por donde tirar.

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