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Las Murallas presentan evidentes síntomas de fatiga revela investigación de Universidad de Cartagena. Ojo con las vibraciones de Transcaribe

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Cuando se enferman las murallas

 

Las murallas de Cartagena son el más preciado tesoro de la ciudad, pero están viejas, tienes varios siglos de antigüedad y presentan evidentes síntomas de fatiga. Los componentes del afamado cordón amurallado de la Ciudad Heroica son piedras de origen coralino y sedimentario extraído de canteras, ladrillo de cerámica y argamasa de cal y arena utilizada como aglutinante. La piedra de la muralla es porosa y por tanto susceptible de deteriorarse con el agua, el viento, el cloruro de la sal marina, las colonias de microorganismos que la comen como si fuera su alimento preferido. También la afecta la vibración producida por vehículos automotores y especialmente los buses articulados y busetones del Sistema de Transporte Masivo Transcaribe.

 

A pesar del deterioro, el lienzo de piedra que compone el Centro Histórico de Cartagena se encuentra muy bien conservado y eso se debe al trabajo de mantenimiento de muchos años realizado primero por la Sociedad de Mejoras Públicas y ahora por la Escuela Taller, cuyos profesionales y artesanos limpian la roca y las cambian cuando hay necesidad.

 

Una investigación de expertos investigadores de la Universidad de Cartagena precisa las causas que influyen en lo que se podría llamar enfermedad de las murallas, y hace recomendaciones para la mejor conservación de los monumentos constitutivos del patrimonio monumental de la ciudad.

 

Como ocurre con las enfermedades de los humanos, las de las murallas también pueden combatirse con remedios específicos, y los que proponen los profesionales udeceistas podrían ser muy efectivos, pero también costosos. Entre esos medicamentos hay una aleación de varios componentes que proporciona una pintura especial con la que se cubrirían tramos de murallas que acusan deterioro. De acuerdo con la química y docente Ayda Liliana Barbosa, del grupo de investigación

 

Laboratorio de Investigaciones en Catálisis de Materiales de la Universidad de Cartagena, este tipo de recubrimiento se ha venido usando desde hace años en países europeos, donde hay un gran patrimonio monumental con muchos siglos de antigüedad. También debería emplearse en las rocas nuevas que se traen de canteras localizadas cerca de Cartagena para cambiarlas por las que están muy deterioradas. Sería necesario porque esas piedras nuevas también traen deterioros que deben ser subsanados.

 

Obtener esa pintura de elevados costos haría necesario que diversas entidades unieran esfuerzos para realizar una alianza financiera encaminada a conseguir los recursos. Entre ellas estarían el Ministerio de Cultura y otras instancias del alto gobierno, la Alcaldía Mayor de Cartagena, la Gobernación de bolívar. Pero también pueden tocarse las puertas de la cooperación internacional, que es siempre bondadosa cuando se llega a ella con argumentos serios, profesionales y específicos. La condición sine qua non para que la cooperación internacional apoye proyectos tiene que ver con la transparencia en los procesos.

 

Ojo con las vibraciones

 

Cuando se propuso implementar en Cartagena un nuevo sistema de transporte masivo con buses de gran tamaño y peso, hubo un encendido debate sobre las consecuencias que podría sobrevenir sobre los monumentos.

 

El docente investigador de la Universidad de Cartagena, Jorge Álvarez, sostiene que a pesar de la buena conservación de las murallas, es necesario que se les atienda como merecen. Advierte sobre el daño que puede estar causando el paso permanente de los buses de Transcaribe sobre el cordón de piedra, debido a la fuerte vibración que se produce cada vez que pasa un vehículo. Y son centenares los viajes diarios de estos buses por las murallas que se encuentran al frente de la bahía de las Ánimas. “No más es sentarse en las bancas que hay cerca de la torre del Reloj para sentir esa fuerte vibración que afecta el monumento”, dice Álvarez.

 

Propone entonces un sistema de amortiguación que ya está probado porque fue instalado para proteger el castillo de San Felipe de Barajas de los impactos de los buses de Transcaribe, con buenos resultados hasta ahora.

 

Si el cordón de piedra es la riqueza patrimonial más importante de Cartagena y algunos de sus tramos, especialmente los más antiguos se encuentran enfermos, no hay que escatimar esfuerzos. Es necesario actuar. Y la Universidad de Cartagena tiene soluciones.

 

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