Por: María Fernanda Martínez Correa
Acabo de recibir un meme que dice así y aunque suene chistoso, no puede ser más real. Esto del covid no respeta edad, credo, posición económica, lugar de nacimiento, historial de salud, ¡nada!, ¡esto no respeta nada!. Cualquier persona puede contraerlo y el desenlace sea cual sea su condición, puede ser fatal.
Le ha dado a presidentes, actores, cantantes, deportistas, al vecino, al compañero de trabajo, al amigo, a la abuela del amigo, al jefe, al portero, al tendero… y a muchos, muchísimos más que ni se habrán enterado, y aún así, atravesando un segundo brote más agresivo que el primero en la ciudad, la gente sigue siendo irresponsable con las medidas de autocuidado y el aislamiento.
Basta con darse un paseo por las redes sociales para ver fotos y videos que bien podrían haber sucedido en cualquier fecha en la que no existía el covid, pues podrás observar amigos en selfies, abrazándose unos con otros en rumbas, paseos en lanchas, en playa, el gimnasio, encuentros íntimos en casa (allí como que creen no llega el covid), en fiestas clandestinas, en los cumpleaños de la empresa, en carros cantando a todo pulmón vallenatos. Y en todas el común denominador: sin tapabocas. ¡No entiendo por qué ha sido tan difícil que si tanto te quieres ver con un amigo, lo hagas con tapabocas!
Y es que este virus es complicado desde el punto de vista que se le vea. Arrancando por la velocidad de contagio, el tiempo de incubación, la facilidad con la que se transmite, el progreso de los síntomas, el riesgo de ser asintomático y sin saberlo contagiar a otras personas y esto sin contar con las muchas posibilidades de equivocación que hay en los diagnósticos -las cifras indican que cerca del 40% de las pruebas son falsos negativos-.
Tal como me lo dijo un médico al que estimo mucho, “ahora cualquier gripa es covid, si te da malestar general, fiebre, tos, o cualquiera de esos síntomas del virus, aunque la prueba diga negativo, da por hecho que lo tienes y aíslate voluntariamente en casa a menos que la cosa se complique y debas ir a un hospital”.
Y es allí donde la cosa se pone turbia. Al inicio de la pandemia creíamos que los únicos que llegaban a agravarse de tal forma de tener que ir al hospital, eran los viejitos o incluso hubo casos de personas que morían en casa por temor de ir a las clínicas. Eso era cuando se le tenía miedo al virus…
Hoy todo muestra que ese temor pasó a la historia. Vemos jóvenes de veintipico y treinta años intubados, comprometidos pulmonarmente y hasta falleciendo, y no faltan los comentarios de familiares diciendo “me lo mataron en el hospital, eso es porque a los doctores les pagan más por cada caso de covid que hospitalicen”… ¡A ver, cuánto despropósito!
En enero estamos viviendo el resultado de la irresponsabilidad, indolencia y falta de sentido común de propios y turistas en diciembre. En la primera semana del año llevamos reportados 2861 casos nuevos de covid, los cuales se suman a los 46.312 desde que comenzó la pandemia, cifras que es increíble que a algunos parece no sorprenderles, seguramente porque ninguno de ellos ha sido familiar o amigo cercano, seguramente porque celebrar navidad y año nuevo era más importante que la salud.
Mientras tanto los vimos posteando fotos con sus padres, abuelos, tíos en Facebook sin tapabocas, al día siguiente de publicar fotos en el ‘perreo’ en un yate o cenando en bonche en un restaurante con música en vivo, donde valga la cuña, todos los músicos cantan y tocan sin ningún tipo de protección (y la gente alrededor aplaudiendo… ¡horror!).
Y las políticas que no ayudan….
Mientras los grandes países toman medidas cerrando sus fronteras y volviendo a los confinamientos, en Colombia y la ciudad las políticas parecen estar hechas para favorecer la propagación del virus.
Primero se toma la acertada decisión de exigir la prueba PCR negativa a quienes ingresan al país, después levantaron la medida y finalmente la volvieron a exigir desde el 31 de diciembre de 2020, dejando abierta la posibilidad de que quienes no la traigan puedan entrar al país y hacérsela aquí guardando aislamiento por 14 días. ¿Con la mano en el corazón, quién que viene de vacaciones va a guardar aislamiento? y peor aún, ¿qué medidas tomará el país para verificar que esto se cumpla?
Y ni qué decir de las medidas a nivel local. Un día decretan un pico y cédula para entrar a establecimientos de comercio, al día siguiente dicen que no aplica para Centros Comerciales -donde había mayor aglomeración por tratarse de diciembre-para que finalmente terminaran sin exigirlo en ningún lado y todos en la calle comprando como si nada. ¿Cuál pandemia? ¿Cuál desempleo? ¿Cuál recesión? ¡Aquí lo que hubo fue plata para gastar en diciembre!
¿Qué me dicen de lo sucedido este fin de semana con el toque de queda? Primero se da a conocer que habrá ley seca y toque de queda en todo Bolívar excepto Cartagena, luego entre tantas presiones y viendo el panorama del país, nuestro Alcalde decide sumarnos al largo listado de ciudades que estarán “recogidas” este fin de semana con puente… ¡pero solo aplicará de 12 de la noche a 5 de la mañana… seguramente los estudios han demostrado que esas son las horas en las que más se propaga el virus y el resto del día no…!.
Y los médicos, cansados de arriesgarse por los irresponsables
Mi hermana, Médico Internista, lanzó un SOS a través de su cuenta de Facebook con una imagen de la Plaza de San Diego atiborrada de turistas y locales en un día de semana normal. Por supuesto muchos de ellos sin tapabocas.
Ella, como millones profesionales de la salud en el mundo, cada día se arriesga para salvarle la vida a quienes quizás se han cuidado, han estado aislados y no saben cómo se contagiaron; pero también lo hace por quienes han sido irresponsables y salen en las fotos y videos de los que he estado hablando.
No faltaron los comentarios de quienes aducen que la vida de un médico no es más importante que la de un policía o un soldado. Y es que esa no es la discusión. Estamos hablando de irresponsabilidad e inconsciencia colectiva, estamos hablando de que lo que hace el otro me puede afectar a mi, por tanto todos estamos llamados a cuidarnos y a respetar a los demás.
A la fecha han fallecido por covid en la ciudad cerca de 10 ilustres médicos en el ejercicio de su profesión. Puedo asegurar que los que quedan están desgastados y atemorizados por tanta desidia.
Es hora que la Alcaldía tome cartas en el asunto y haga valer su dichoso Decreto 1473, en el cual ordena el uso obligatorio de tapabocas cubriendo nariz y boca ¡OJO! no en el cuello, no en la barbilla, no colgando en una sola oreja, no en el bolsillo… sino en nariz y boca, y multe como indica el Decreto a los infractores así como se supone deben hacer de acuerdo con el Código de Policía con los que se orinan y consumen bebidas alcohólicas en las calles.
“¡Es que a mi ya me dio, no pasa nada!”
Eso le he escuchado decir a más de un irresponsable que por eso anda en la calle sin protección. Lamento decirles que los estudios acerca de este virus son tan escasos que en ningún momento podemos asegurar que porque ya tuve el virus, no podré volver a contraerlo.
Y asumiendo que así fuera, que los anticuerpos fueran eternos, les cuento que el virus sí puede entrar a sus cuerpos solo que no se activa -por decirlo así-, sin embargo, pueden ser conductores del mismo hacia sus seres queridos si les tosen o hablan de cerca sin protección o también llevarlo en sus manos y hospedarlo en sus casas. ¿Jodida la vaina, verdad? ¡Si no me creen pregúntenle a un médico de confianza o googléenlo!.
“Yo prefiero alejarme del miedo, no veo noticias ni me estreso”
Que no veas noticias no va a cambiar la realidad. Los números seguirán subiendo mientras en tu mentalidad relajada, sigas pensando que reunirte sin protección aunque sea en tu casa con la bonchada de amigos y de familia, no va a tener ningún efecto.
Estoy de acuerdo en que mantener una actitud positiva, tranquila, mesurada y abierta, nos permitirá asumir esta situación que para nadie ha sido fácil, de una mejor forma. Sé que el aislamiento nos dejó a todos con ganas de salir, de liberarnos, de volver a nuestra vida normal, yo me muero de ganas también, pero debemos seguir siendo prudentes, por nosotros, por nuestras familias, por nuestros viejitos.
Los invito a hacer yoga, relajación, zumba, a unirse a grupos de oración virtuales, clubes de lectura, a de vez en cuando pedir el domicilio que tanto les gusta, a fortalecer su espiritualidad como quieran hacerlo, a ver Netflix, leer un libro… En resumen, a distraerse mientras esperamos… sí, un poco más.
Para finalizar… la vacuna de la discordia
No podía despedirme sin hablar de la vacuna. ‘El plan maquiavélico de las grandes potencias para alterar nuestro ADN e incrustarnos microchips para someternos’. Esto solo por mencionar dos ejemplos de las múltiples teorías conspirativas absurdas que hay alrededor del tema.
Es increíble que la humanidad sea tan incomprensible. Pedíamos una vacuna rápida para que el mundo pudiera retomar el rumbo, y muchos ahora piensan no vacunarse porque las desarrollaron muy rápido, porque les faltaron estudios, porque generan efectos secundarios -toda vacuna y medicamento también-.
¿Cómo piensan hacer entonces en un mundo en el que el covid siga rondando? ¿Vivirán el resto de sus vidas encerrados con tapabocas? Ahh no, cierto que estos son los que también piensan que la mascarilla no sirve para nada y que “si les va a dar, les dará hagan lo que hagan”… el destino que le llaman.
En Colombia, en una encuesta realizada por Profamilia, solo el 44% se vacunaría contra el virus. Para lograr la inmunidad de rebaño se necesita que cerca del 70% de los habitantes del país se vacunen. ¿Esto debe alarmarnos o tranquilizarnos porque tenemos la esperanza de ser vacunados más rápido?
Según eso solo 21 millones de personas aproximadamente se vacunarían, lo cual, teniendo en cuenta las proyecciones del Ministerio de Salud (277.000 inmunizaciones por día) se lograría en 73 días, menos de 3 meses. ¿Será posible tanta belleza? ¿Servirá de algo que solo ese porcentaje se vacune? ¿Cumplirá el Gobierno con esa proyección?
No sé si eres del team provacuna o del conspiracional, solo te invito a pensar en si el mundo en el que el covid nos ha hecho vivir casi un año encerrados es el que le quieres dejar a tus hijos. Un mundo lleno de miedos, inseguridades, dolor y pérdidas. Sí, sé que ha habido lecciones con todo esto, sé que somos mejores personas, que valoramos y amamos más bla bla bla, pero no creo que nadie pueda decir que se siente a gusto con lo que ha pasado y mucho menos si esto se extiende por más tiempo.
Así que bueno, para cerrar, si llegaste hasta aquí en tu lectura, espero con todo este larguero haberte convencido que es mejor empezar el año aburrido que intubado. Los hospitales están llenos, desabastecidos de sedantes para los pacientes intubados, así que pilas. ¡A cuidanos!