El desempeño financiero de las líneas navieras en el segundo trimestre del año ha disminuido la brecha entre ingresos y márgenes operativos en comparación con el año anterior, gracias al aumento de tarifas y al crecimiento sostenido de los volúmenes movilizados.
Esto ha llevado a que las navieras revisen al alza sus previsiones financieras para el cierre de año, con Maersk proyectando un EBITDA de hasta US$11.000 millones, un 15% por encima del cierre de 2023, y Hapag-Lloyd estimando un EBITDA de hasta US$4.600 millones.
La sólida demanda y el incremento en las tarifas han ayudado a mitigar el impacto de los mayores costos operativos, derivados en gran parte de los planes de renovación de flota impulsados por la crisis de capacidad en el mar Rojo. Líneas como Maersk, Hapag-Lloyd y MSC están ampliando sus flotas con buques equipados con tecnología de combustible dual GNL, en un esfuerzo por avanzar hacia un transporte marítimo más sostenible.
Este aumento de capacidad permitirá a MSC alcanzar un 20% del market share, el más alto registrado hasta la fecha.
Además, este crecimiento se alinea con la estrategia de las navieras para aumentar su independencia operativa, preparándose para el fin de sus alianzas y garantizando la capacidad necesaria para operar de manera autónoma en rutas clave como Asia-Europa.