No ensucies tu casa, no ensucies a Cartagena

Por: Bernardo Romero Parra

 Cartagena es la casa, de los que aquí nacimos y de los que aquí vivimos, nos      enorgullece la historia de esta gran ciudad, sus monumentos como las murallas, el Castillo de San Felipe, sus callecitas llenas de casas coloniales, el mar que nos susurra enamorado, y la amabilidad de la gente que nos sonríe al pasar. Esa es la ciudad que queremos, pero hoy la sal de los tiempos junto a corsarios de vanguardia; quieren corroer su coraza citadina sembrando hambre, miseria y contaminación ambiental por doquier.

En Cartagena nos hemos acostumbrado a convivir en medio de la suciedad, como pasa a lo largo de la avenida Pedro de Heredia, en especial la zona del mercado de Bazurto, donde un buen número de comerciantes permite que los restos de alimentos y otros productos sean depositados en el bulevar central. De igual forma en las esquinas de esta vía los vecinos amontonan las bolsas, sin que sea la fecha de recolección por parte de las empresas de aseo, lo mismo pasa en la mayoría de los barrios que tienen basureros satélites con muebles viejos, electrodomésticos, colchones y despojos de animales.

Las basuras en Chambacú y lugares históricos son una amenaza a la dignidad de nuestra ciudad como Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad, pues hemos permitido que hagan parte del paisaje, pero lo peor es que se constituyen en un peligro de alto riesgo para la salud de la colectividad. Por lo que se requiere que los cartageneros, ciudadanos y autoridades tomemos consciencia que es un deber individual contribuir en el aseo de Cartagena; Hay que dejar atrás la indiferencia y la irresponsabilidad de pensar que podemos botar basuras por todas partes porque pagamos la factura del servicio de aseo. Por el contrario digamos y repitamos: Yo quiero a mi ciudad, Cartagena. Por eso no la ensucio.