Nuevas medidas para frenar delitos en Cartagena
15 noviembre 2022
Cartagena y Bolívar: destinos de inversión de talla mundial
15 noviembre 2022
La emblemática edificación colonial donde por décadas funcionó la Joyería Cesareo, que donaba la corona y cetro a la señorita Colombia, hoy se remodela clandestinamente para una supuesta discoteca que operaría en el lugar.
La edificación colonial que hace esquina con las calles Portocarrero y de las Carretas en el Centro Histórico que tiene una hermosa vista al Portal de los Dulces, Plaza de los Coches y Torre del Reloj es objeto de construcciones en su interior sin licencias ni permisos a puerta cerrada con candados externos.
El Colectivo de Residentes Somos Centro Histórico hace esta denuncia pública, dado a que las autoridades como la División de Patrimonio del IPCC y el Ministerio de Cultura no han sido nada eficaces para meter en cintura a quienes hacen las remodelaciones sin permisos ni licencia, violando normas de control urbano y de patrimonio en el Centro Histórico de Cartagena, pues cuando llegan a visitar los trabajos nadie les abre las puertas.
Ante ello, solicita el Colectivo que otras autoridades judiciales como la Fiscalía General de la Nación apoyen a las entidades competentes para que se suspendan los trabajos de remodelación por ser ilegales e irregulares.
Las intervenciones sin licencia de curaduría como esta son las que originan la proliferación de las actividades de alto impacto como las que se desarrollan en las Calles del Porvenir, Primera de Badillo y el Colegio, que además de incumplir las normas de patrimonio posicionan la imagen de un destino turístico para los excesos nocturnos con ruido, prostitución, explotación sexual y microtráfico. Actividades todas que excluyen a la población cartagenera del debido derecho a disfrutar de su patrimonio. Al Colectivo le preocupa que con esta presunta nueva discoteca empeorará mucho el sector y cada día será más difícil reversar esta situación que tiene sumida a la ciudad amurallada en la peor de sus crisis.
A todas estas anomalías se le suma un acto altamente irresponsable, tener obreros dentro de la remodelación encerrados con candados externos. No permita Dios que se presente una eventualidad delicada como la que sucedió en días pasado en discoteca ubicada en Getsemaní cuando se desplomó el techo. ¿Cómo podrán salir esas personas?
