Para el Colectivo los decretos 1460 y 1461 del 20 de octubre de 2022 son beneficiosos, pues, los residentes como turistas que pernoctan en el Centro Histórico ganan 12 horas a la semana de tranquilidad y un digno descanso.
Así mismo, ayuda a la seguridad y el orden público. Ello, reduce las actividades ilícitas como robos, microtráfico, explotación, entre otras, que se compaginan con los establecimientos de entretenimiento.
La medida es ganancia para la ciudad, considera el Colectivo que Cartagena recupera su imagen turística de patrimonio, de convenciones, de cultura y de familia. Dado que, el turismo depredador y los excesos de la vida nocturna de la rumba han descalificado a la Heroica en la industria sin chimenea a nivel nacional e internacional.
Esta depreciación competitiva de Cartagena en el turismo trae consigo una potencial caída del empleo, en la actualidad este sector productivo genera unos 300 mil puestos de trabajo que corren el riesgo de perderse si la ciudad se sigue vendiendo como insegura y con la nefasta imagen que en Cartagena “todo se puede”.
Los decretos que controlan el horario nocturno de la rumba en la ciudad garantizan la promoción del turismo positivo y respetuoso, ese que deja buenos dividendos en la formalidad de los hoteles, restaurantes y bares donde miles de cartageneros tienen empleos dignos.
El Colectivo solicita que se incluyan las casas de alquiler que a todas luces promueven el tráfico de drogas, prostitución, abuso sexual con menores y contaminación sonora. Así mismo, que sancione al comercio formal que generan aglomeración en las calles.
Por último, invita al gobierno distrital a seguir tomando medidas similares que regulen la puesta en escena de una zona rosa por fuera del Centro Histórico, porque estas actividades distan de la conservación del Patrimonio Cultural de la Humanidad, título otorgando por la UNESCO a Cartagena desde hace más de 40 años.