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En Colombia, el cáncer de mama sigue siendo una de las principales causas de mortalidad entre las mujeres, por lo que los esfuerzos del sistema de salud han evolucionado considerablemente para garantizar que las pacientes con sospecha o diagnóstico de esta enfermedad reciban una atención oportuna y de calidad. A través de la implementación de las Rutas Integrales de Atención en Salud (RIAS) entre 2013 y 2018, se ha definido un camino claro para guiar a las pacientes en cada etapa del proceso, desde la promoción y prevención, hasta el diagnóstico temprano, el tratamiento, el seguimiento y los cuidados paliativos.
Estas rutas aseguran que los profesionales de la salud tomen decisiones rápidas y consistentes en casos de sospecha de cáncer de seno, lo que optimiza tanto el tiempo como los recursos disponibles. El tiempo es un factor determinante en el éxito del tratamiento de esta enfermedad, ya que un diagnóstico temprano mejora significativamente las posibilidades de supervivencia, reduce complicaciones y disminuye los costos asociados a la atención. Las rutas de atención actuales definen los pasos clave que deben seguirse desde la detección de una posible anomalía hasta el tratamiento, asegurando que las pruebas diagnósticas se realicen en el menor tiempo posible, idealmente dentro de las cuatro semanas posteriores a la confirmación del diagnóstico.
Un aspecto crucial que toda paciente debe conocer es la relación entre la historia familiar y el riesgo de desarrollar cáncer de mama. Según Diana Becerra, Gerente de la Unidad de Negocio de Intervencionismo de BD “Se estima que entre un 5% y un 10% de los casos están relacionados con mutaciones genéticas hereditarias, lo que subraya la importancia de que las mujeres conozcan su historial médico familiar. Este conocimiento permite a los médicos establecer rutas de seguimiento personalizadas, activar consultorías genéticas y ofrecer un manejo preventivo más eficaz en aquellos casos de mayor riesgo.”
En los últimos años, la tecnología ha jugado un papel esencial en la lucha contra el cáncer de mama en Colombia. Los avances en equipos como mamógrafos 3D con tomosíntesis y las biopsias asistidas al vacío han mejorado drásticamente la precisión en los diagnósticos. “Estos dispositivos permiten identificar lesiones diminutas y sospechosas, lo que incrementa las tasas de detección temprana y disminuye la necesidad de procedimientos invasivos. Esto no solo favorece una mejor experiencia para las pacientes, reduciendo cicatrices y tiempos de recuperación, sino que también optimiza los recursos del sistema de salud”, asegura Rogerio Sperb Director de BD Hub Andino.
No obstante, a pesar de los avances, las mujeres que viven en zonas rurales o con acceso limitado a servicios médicos aún enfrentan importantes barreras. La falta de acceso a información preventiva, como el autoexamen de seno, y las dificultades para realizarse mamografías o biopsias a tiempo, continúan siendo desafíos. Esto hace evidente la necesidad de expandir los recursos médicos y las campañas educativas en las regiones más apartadas del país, para garantizar una detección y tratamiento más oportunos.
En un avance de política pública, con la Ley 2360 de 2024 y la Resolución 3280 de 2016, se han establecido estrategias claras que priorizan a las personas con sospecha o diagnóstico de cáncer, garantizando su acceso inmediato a pruebas diagnósticas y tratamientos adecuados. Además, muchas instituciones en Colombia han implementado unidades funcionales de mama, que agrupan a equipos multidisciplinarios de especialistas para brindar una atención más rápida, integral y centrada en las necesidades de cada paciente.
En conjunto, estos avances tecnológicos, sumados a la evolución de las rutas de atención del cáncer de mama, están transformando el panorama de esta enfermedad en Colombia. Las pacientes ahora cuentan con herramientas y acceso a tratamientos más oportunos, lo que no solo mejora sus pronósticos de vida, sino que también asegura una atención de calidad en todas las etapas de la enfermedad.