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Una mujer de acero maneja incidentes biológicos en Cartagena

La patrullera Yaira Patricia Cuadro Luna, de 35 años de edad, con 11 años en la institución, es la cuarta hija del matrimonio entre la señora Carmen Alicia Luna Pérez y el señor Eliécer Cuadro Vega (Q.E.P.D); madre de un hermoso niño de 10 años de edad llamado Ian Daniel. En la Policía Nacional se desempeña en el cargo de Operadora de incidentes Nucleares, Biológicos, Químicos y Radiactivos (NBQR) de la Unidad de Antiexplosivos y Antiterrorismo, de la seccional de Investigación Criminal e Interpol, en Cartagena.

“Mi deseo de ingresar a esta hermosa Institución inició desde que aún realizaba mis estudios de bachillerato por un don divino que Dios me dio y es el de servir, inspirada en un gran ejemplo como lo fue la carrera institucional de mi cuñado Ángel Andrés Fortich Meléndez, quien es como un padre para mí y sirvió a la comunidad con profesionalismo y gran devoción durante varios años en esta bella Institución”, comenta Yaira Cuadro o «Pato», como muchos la llaman de cariño, porque su segundo nombre es Patricia.

Esta valiente y multifacética mujer, es la encargada de velar por la seguridad de los cartageneros en temas de riesgos químicos y biológicos; además, realiza turnos de 24 horas en el laboratorio móvil haciendo inspección técnica a cadáver. “Por circunstancias de la vida y gracias a Dios, soy la única patrullera en toda la costa caribe que realiza este tipo de actividades, lo que me hace sentir muy orgullosa”, refiere.

Y añade: “es un orgullo muy grande sentir que siendo mujer, laboro en este grupo que algunas personas dirán: ‘es un trabajo de hombres, es un trabajo muy duro, muy rudo’, pero gracias a Dios me ha dado la sabiduría y la capacidad de aprender y estar en el entorno de esta área de la criminalística”.

En sus inicios como Policía en la Institución, Yaira tuvo la oportunidad de trabajar en otras unidades de Colombia. “Fui integrante de patrulla del Modelo Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes en la estación de policía Laureles, en Medellín, donde serví con pasión a toda esa comunidad antioqueña”, agrega.

“Una anécdota institucional que marcó mi carrera fue estando de patrulla, cuándo por llamado de la comunidad solicitaron el cuadrante, había un hombre que quería quitarse la vida, fue algo muy fuerte, la persona estaba muy alterada y decidida a terminar con su vida, con ayuda de mi compañero y apoyo de otras patrullas logramos convencer a ese hombre de que no había ningún motivo sobre la faz de la tierra tan poderoso como para suicidarse, luego que se calmó todo, esa persona terminó muy agradecido con nosotros y con Dios de hacerle caer en cuenta que lo más valioso que nuestro Señor nos ha dado…es concedernos VIDA”, recuerda con voz entrecortada.

 

En este actual cargo y cómo operadora NBQR, la patrullera Yaira Cuadro ha recibido diversas capacitaciones por parte del Ministerio de Minas y Energía de los Estados Unidos, el Organismo Internacional de Energía Atómica, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, entre otros; capacitaciones que han sido de mucho enriquecimiento, teniendo en cuenta la variedad de equipos adquiridos por parte del gobierno Canadiense los cuales fueron donados a la Policía Nacional de Colombia, capaces de detectar e identificar la emisión de radiación. “La finalidad de estos equipos especializados es evitar la fabricación, transporte y utilización de armas químicas y nucleares”, resalta.

“Otros de los casos que me han marcado estando aquí en la Seccional de Investigación Criminal e Interpol son las veces que me ha tocado realizar inspecciones técnicas a cadáver donde las víctimas son compañeros de la Policía Nacional, qué aunque no haya trabajado con ellos, siento como si fuesen hermanos, hasta el punto que se me arruga tanto el corazón y me salen las lágrimas en medio del procedimiento y más aún cuando hablo con sus familiares; uno de esos eventos fue el del compañero William de Jesús Palacio Izquierdo, quien fue víctima del plan pistola en el mes de junio del presente año”, revela con lágrimas en sus ojos.

“Estoy muy agradecida con Dios por tenerme aquí y permitirme disfrutar lo que hago, porque cuando uno hace lo que le gusta, no es trabajo ni sacrificio, sino placer y satisfacción del deber cumplido”, finaliza.