Este innovador sistema que realiza la Fundación Cardiovascular reemplaza la función de los pulmones en pacientes con covid-19 que se encuentran en estado crítico. Desde junio de 2020 a la fecha se ha practicado esta terapia a 132 pacientes en la FCV, incluidos afiliados a Coosalud.
La pandemia de covid-19 ha supuesto múltiples desafíos para la comunidad científica y médica. Además de los desarrollos de vacunas en tiempo récord, que desde mediados de febrero están siendo aplicadas en Colombia y que, a nivel mundial, han contribuido a desacelerar la propagación del virus, la aparición de la enfermedad ha representado un reto en la atención de las personas contagiadas, sobre todo a aquellas que llegan a fase crítica por la agudización rápida y progresiva de sus síntomas.
En este contexto aparece la terapia ECMO como una novedosa alternativa para fortalecer la intervención a esta población y mejorar su pronóstico de vida. En el territorio colombiano, algunas instituciones prestadoras de salud han implementado este mecanismo para atender a sus pacientes con covid-19. Una de estas es la Fundación Cardiovascular de Colombia (FCV) –líder en Latinoamérica en la implementación de esta técnica–, entidad que forma parte de la red de servicios de Coosalud EPS.
Se trata del uso de un sistema de tecnología que es capaz de reemplazar, de manera artificial, la función de algunos órganos, según apunta Leonardo Salazar, director del programa ECMO y Corazón Artificial de la FCV. “Por ejemplo, la diálisis es un sistema que reemplaza la función del riñón y que se usa hace muchos años. Entre tanto, con la ECMO, que corresponde a las siglas en inglés de extracorporeal membrane oxygenation (oxigenación por membrana extracorpórea) se sustituye la función del pulmón por fuera del cuerpo, cuando este está muy dañado y no es capaz de hacer su trabajo, y también tiene la capacidad de reemplazar la función del corazón”, explica.
En palabras del experto, existen algunos pacientes con covid-19 que, aun cuando están recibiendo un tratamiento oportuno con ventilación mecánica en una unidad de cuidado intensivo, sus pulmones siguen empeorando y tienen riesgo de fallecer, por lo que se utiliza como recurso la incorporación de este pulmón artificial externo para suplir la función del órgano dañado.
Desde junio de 2020 a la fecha, un total de 132 pacientes han sido atendidos con terapia ECMO en la FCV, ubicada en Floridablanca (Santander), incluidos usuarios de Coosalud EPS como Sandra Castillos, quien fue remitida a la institución el pasado 25 de abril. Su hermana, Martha Castillos, narra cómo fue la experiencia con el uso de esa tecnología para su recuperación. “Ella (Sandra) empezó a tener tos y ya con los días comenzó a sentirse ahogada. Ya como en 10 días estaba muy mal. Por su estado, la trasladaron acá a la Cardiovascular. Desde el otro hospital llegó con el ECMO, la subieron al piso 11 y ahí comenzaron a tratarla. Como al tercer o cuarto día, ella ya se veía bastante deshinchada”, comenta.
Y agrega: “su evolución ha sido excelente, muy satisfactoria. Ella estuvo con el ECMO desde el día que ingresó hasta el 11 de mayo, es decir, no cumplió ni el mes y ya sus pulmones habían mejorado. Los médicos dicen que un paciente puede durar hasta varios meses con eso (el ECMO)”.
“Se requiere que el pulmón se recupere bastante antes de poder desconectar el dispositivo y, en promedio, esto ocurre de tres a seis semanas después. Hay personas que se recuperan en menos de tres semanas, que son la minoría, pero la mayoría necesita más tiempo. Incluso hemos tenido pacientes que han requerido hasta siete semanas antes de que el pulmón se recupere”, confirma Salazar, al tiempo que apunta que, en la experiencia de la institución, la probabilidad de fallecimientos en los pacientes que requieren ECMO es del 34%, personas que si no hubieran recibido la terapia tendrían una posibilidad de morir mayor del 80%, es decir que, en pacientes muy graves, se disminuye a más de la mitad este porcentaje de letalidad.
¿Cómo funciona?
El director de ECMO de la FCV argumenta que la función principal del pulmón es entregarle oxígeno a la sangre. “La sangre llega a los pulmones oscura y sin oxígeno y estos se encargan de llenarla de oxígeno y ‘volverla roja’. Cuando estos órganos están comprometidos, este fenómeno no se da bien y la sangre sale oscura”, indica.
Para la terapia ECMO, también conocida como OMEC, por sus siglas en español, se introduce un tubo en una vena, generalmente por la ingle, el cual avanza hasta el corazón. El innovador aparato se encarga de succionar la sangre que sale oscura y sin oxígeno y la impulsa, a través de un pulmón artificial, que la llena de oxígeno. La sangre, ya con tono rojizo, es retornada hacia el corazón. Gracias a esto, el corazón es capaz nuevamente de bombear sangre roja y con oxígeno. Este es un tipo de soporte médico que se denomina vital, pues la vida de la persona depende completamente de mantenerse conectado a este sin interrupción.
En junio de 2020, en la Cardiovascular podían atenderse hasta 10 pacientes con ECMO en simultáneo. Más adelante, se aumentó la capacidad a 14, luego, a 16 y, después, a 18 pacientes. Actualmente, es posible darles manejo a 24 pacientes al mismo tiempo, los cuales son atendidos por un equipo interdisciplinario capacitado de profesionales y especialistas, entre los que se incluyen médicos intensivistas, neumólogos, enfermeras, auxiliares de enfermería y terapeutas respiratorios especializados en ECMO, así como cirujanos de tórax, terapeutas físicos, ocupacionales y del lenguaje e, incluso, perfusionistas (rama especial de la medicina para el manejo de equipos de circulación extracorpórea).