Los vapeadores han tenido un crecimiento exponencial desde que ingresaron al mercado, hasta el día de hoy. Son también conocidos como cigarrillos electrónicos o e-cigarettes, y han generado preocupación en todo el mundo debido a su creciente popularidad, especialmente entre los jóvenes.
En Colombia, según reportó la empresa de investigación de mercado Euromonitor Internacional, el mercado de los vaporizadores, vapeadores o cigarrillos electrónicos, movió en el país $4.100 millones en 2013, cifra que para el 2018 aumentó en 194,5%, cuando alcanzó en facturación $12.000 millones.
Sin embargo, el crecimiento del mercado tiene preocupaciones en el ámbito de la salud pública, «Cada vez recibo en mi consultorio más jóvenes de 16 a 24 años que usan este producto y tienen un índice de nicotina en el cuerpo equivalente al consumo de más de 20 cigarrillos al día», explica la cardióloga Jacqueline Scholz, quien dirige el Ambulatorio de Tratamiento del Tabaquismo del Instituto del Corazón de Sao Paulo.
¿Cuáles son las razones por las que las personas prefieren estos dispositivos?
Entre las personas encuestadas por Ernst & Young, la razón más común para usar cigarrillos electrónicos es que son «menos dañinos que los cigarrillos normales», y además, el 49% de los usuarios lo utiliza para disminuir el tabaquismo, sin embargo, la OMS tiene distintos puntos controversiales al respecto, pues ya que no se tienen informes de los efectos a largo plazo, la nicotina de los dispositivos sigue siendo considerada adictiva, y podría tener efectos posteriores en la salud como lo describe Scholz.
¿Qué tan regulado está el uso de vapeadores en los planteles educativos?
En Colombia no existe regulación para el uso de estos dispositivos, sin embargo, se tramita en el Congreso un proyecto de ley que busca regular el uso de estos dispositivos y que contempla prohibir la venta de vapeadores a niños, niñas y adolescentes en Colombia. El proyecto también busca que se advierta en la venta de estos aparatos las adicciones que puede causar; y establecer los lineamientos para que en el país se desarrollen programas educativos para menores de edad con el fin de evitar el consumo e incentivar el abandono de esta práctica. Por este vacío en la regulación actual, algunos colegios voluntariamente prohíben y controlan su uso en niñas, niños y adolescentes mediante políticas internas.
Alternativas tecnológicas para contrarrestar una práctica que podría convertirse en un asunto de salud pública.
Según Sebastián Carreño, vocero de Hikvision Colombia, la industria de la seguridad electrónica ha desarrollado soluciones innovadoras para tener un mejor monitoreo en los colegios, “Para el caso de los planteles educativos que ven en el uso de vapeadores por parte de los estudiantes como una amenaza para su salud y la de su círculo cercano. Es importante saber que hay una alternativa de software inteligente llamada: Campus seguro, que integra varios sistemas y presenta una solución de control de vapeo en las aulas de clase y el campus en general, de modo que los profesores y directores tienen a su alcance la forma de identificar cuándo están vapeando los estudiantes por medio de cámaras dispuestas en zonas críticas, sensor de detección de vapeadores y reconocimiento facial; a través de esta última función, se puede identificar el rostro de la persona, y enviar una alerta en tiempo real a directivos encargados de los centros de monitoreo escolar”
Según la OMS, las políticas libres de nicotina y tabaco ayudan a evitar que los jóvenes comiencen a fumar. Por último, anima a todos los países a que hagan que todos los lugares públicos interiores estén completamente libres de humo, para cumplir con el artículo 8 del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco.
El uso de cigarrillos convencionales o electrónicos genera un interés especial en los jóvenes, muestra de esto es que según la OMS, nueve de cada diez fumadores comienzan antes de los 18 años, estadística que pone en alerta y hacen que cobre mayor importancia para las organizaciones mundiales, gobiernos e instituciones educativas generar regulaciones, políticas y acciones que mitiguen posibles problemas de salud pública a largo plazo.
