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19 marzo 2020
El COVID-19 ha impuesto un cambio necesario en el ritmo de vida de los colombianos y ha llevado a las familias a quedarse en casa para evitar la exposición a este virus.
De acuerdo con Catalina Calderón, representante de Women’s Equality Center para Latinoamérica y el Caribe, esta medida, apropiada para evitar el contagio y bajar la curva de propagación la pandemia, no solo supone esfuerzos en materia económica, educativa y de salud pública, sino también para la seguridad de las mujeres en los hogares.
Para Calderón, “miles de niñas y mujeres se verán obligadas a permanecer en casas que no son espacios seguros para ellas. En Colombia, la violencia intrafamiliar y sexual afecta a miles de colombianas y en la mayoría de los casos de los agresores son los padres, padrastros, abuelos y otros familiares cercanos a la víctima. Al verse confinados en el mismo espacio, las agresiones pueden aumentar”.
Por eso, hace un llamado para que en Colombia no se repitan casos como los de Hubei en China, donde las denuncias por violencia doméstica se triplicaron durante el confinamiento obligatorio.
