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19 junio 2020
Por: Estela Luz Pretelt Villadiego
En estos tiempos históricos que la humanidad está viviendo, es vital conocer un poco herramientas cognitivas y conductuales para que en el día a día desde la prevención primaria los seres humanos puedan empoderarse y salir fortalecidos integralmente en cuerpo, mente y espíritu. El confinamiento obligatorio nos tomó a todos y todas por sorpresa, el cerebro ya estaba programado mínimo para el primer semestre del 2020. Este cambio brusco y obligatorio para salvar nuestras vidas dio un giro de 180 grados a nuestros hábitos creando un caos en nuestra psiquis, alma, espíritu, organismo, hogar, familia y sociedad en general.
Los medios hablan mucho sobre la economía, sobre las normas de bioseguridad, los infectados, los muertos, etc., eso está bien, pero no debemos olvidar que sin salud mental nuestros hogares, las relaciones, la educación se destruye afectando los distintos roles en los que un individuo se desenvuelve.
La vida nos colocó en jaque /mate, es el momento para repensarnos, es el momento para volver a educarnos, aprender a desaprender para aprender y aquí la clave radica en los hábitos protectores alejándonos de los factores de riesgo. En el día a día los seres humanos producen alrededor de 60.000 pensamientos, nuestros pensamientos producen sustancias químicas que pueden aportar salud o destruirnos. Estas sustancias se materializan en nuestro organismo, de allí la importancia de cuidar lo que pensamos, lo que hablamos y como actuamos.
El covid-19 ha impactado mucho la salud mental por el confinamiento, las necesidades básicas como alimentarnos o dormir se han convertido en verdaderos martirios deteriorando nuestra calidad de vida.
Los trastornos de conducta alimenticia se han convertido en un grave problema de salud pública, estos, no respetan estratos, raza, credos, edad ni género. Si no se toman las medidas preventivas se convierten en enfermedades mentales y formas lentas de suicidio.
Como coautora de la ley 1616 de salud mental, autora del libro: Yo también sufrí de anorexia, como Directora y creadora de la única Fundación colombiana de anorexia y bulimia , me preocupa que el gobierno aún tenga en el tintero estos temas dando siempre prioridad a la discapacidad o al consumo de sustancias psicoactivas cuando anorexia, bulimia u ortorexia biológicamente se encuentran en el mismo sitio del cerebro que las otras adicciones.
Si Usted que me lee conoce de alguien que esta iniciando un TCA: Trastorno de Conducta Alimenticia o ya lo tiene me pueden contactar al Whats App 3183253353 no callen si los alimentos están deteriorando su salud mental.
En la Fundación no se medica psiquiátricamente, ejecutamos un tratamiento innovador del cual soy pionera en Colombia e Iberoamérica basado en la plasticidad cerebral. La clave está en prevenir, en conocer que hay hábitos en nuestro diario vivir que son inviolables.
Desde el interior de nuestros hogares debemos esforzarnos en dejar la violencia ya sea de palabras o física. El dialogo, el respeto a las diferencias, la resiliencia, la paciencia, la tolerancia son valores que alimentan nuestro espíritu para que nuestras almas se puedan proyectar a través de nuestra personalidad en vuestros cuerpos que son nuestras casas.