El candidato presidencial Gustavo Petro aseguró que el cambio es necesario en Colombia, que el cambio es una necesidad de toda la sociedad y de toda la Nación y dijo que es el candidato que encarna ese cambio.
Así saludó a las más de cinco mil personas que se dieron cita en el parqueadero del Coliseo de Combate en Cartagena, en donde la multitud lo aclamó y lo aplaudió e interrumpió en varias ocasiones durante su discurso.
«Si queremos preservarnos como Nación es necesario cambiar, cambiar las formas formas sociales como nos relacionamos , la política como se ejerce el poder y las formas de producir para lograr un bienestar general, un cambio integral, no simplemente el cambio de un nombre, de un político por otro o un partido político».
Expresó que es un cambio real que atraviesa las esferas de la economía , las esferas de la sociedad, la política y el poder y enfatizó que en realidad si se quiere cambiar la economía , la forma como se distribuye la riqueza y como se produce la riqueza que se concentra en pocas manos produciendo una de las desigualdades sociales mas grandes de la historia.
Hoy afrontamos el derrumbe de un sistema económico completo que se mide en hambre y en Cartagena si que tendríamos que hablar del hambre.
Siete de cada diez personas no comen tres veces al día. Con ese dato estadístico que dan la FAO y el mismo DANE, Gustavo Petro Urrego inició su discurso en la manifestación de plaza pública en Cartagena, donde asistieron a más de cinco mil personas al parqueadero del Coliseo de Combate.
Enfatizó que el hambre se apoderó del barrio popular y casi toda la ciudad, colocando a Cartagena y Barranquilla como las primeras capitales del hambre en Colombia.
El hambre comienza en el hogar de la mujer sola y su familia, sobre todo porque fueron las primeras en perder el trabajo en la pandemia. Una clara demostración de la desigualdad entre el hombre y la mujer. Así lo puntualizó para desgarrar esa realidad que a la sociedad le cuesta mucho entender.
Esa situación es en toda Colombia, al señalar que hoy somos un país del hambre, aunque paradójicamente, los supermercados están llenos de alimentos importados, y por el aumento del dólar que pasó de dos mil a cuatro mil pesos en menos de dos años, la comida está por las nubes.
Cada dólar importado encarece todo, y la comida no es la excepción, por eso, las estanterías de las tiendas y grandes almacenes de superficies tienen comida, pero no, quien las compre. No hay dinero colombiano para adquirir alimentos importados, ni los insumos para producirlo en Colombia.
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