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Por: Germán Danilo Hernández
Uno de los más cruentos capítulos de las cíclicas guerras internas que ha padecido Colombia, y que aún tiene secuelas en todo el territorio nacional, ocurrió en la década de los 80 del S XX, por cuenta del denominado fenómeno paramilitar, con el protagonismo de los tristemente célebres hermanos Castaño Gil.
Conocer la historia reciente del país, por dolorosa que ésta sea, es necesario para poder definir los derroteros de futuro y construir por lo menos la esperanza de no repetición de la barbarie. En este propósito encaja “Hermanos de sangre” el apasionante y revelador libro publicado por el periodista, abogado y escritor monteriano Antonio Rafael Sánchez (Intermedio editores 2022).
Se trata de una investigación periodística en profundidad, con una impecable narrativa en la que el autor va hilvanando los diferentes ingredientes que conllevaron a la más turbulenta, escalofriante y sangrienta época del dominio de las llamadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), como soporte estructural de lo que podría denominarse una primicia histórica: la revelación del nombre de quien apretó el gatillo para asesinar a su temido comandante Carlos Castaño.
“Hermanos de sangre” está contada desde las propias vivencias de “Toño” Sánchez, quien por circunstancias del oficio y del destino fue cercano a Castaño; conoció detalles sobre su personalidad, sus emociones y su relacionamiento con una sociedad que cohonestó sus prácticas, y albergó en su seno con especial deferencia y protección a los más perversos personajes que sembraron terror a sangre y fuego en los campos y ciudades del país.
El conocimiento a fondo de su departamento de Córdoba, convertido en bastión de todas las formas de violencias amparadas por el poder político-económico y de “gente de bien”, dan soporte a la pluma de Toño Sánchez. A las notas que discretamente tomaba en cada encuentro con el comandante de las AUC, se sumaron años de investigación, hasta dar con su principal testigo: Manuel Salvador Ospina Cifuentes, un campesino convertido en máquina de guerra, apodado “Movil 5”, quien le reveló las motivaciones y la forma como eliminó a Carlos Castaño, cuya desaparición se convirtió en leyenda, inclusive con versiones según las cuales aún estaría vivo en otro país.
Es muy difícil no caer en la tentación del spoiler, pero por respeto a quienes se interesen en esta lectura, solamente cito uno de los apartes del no menos interesante prólogo de Juan Carlos Gossaín Rognini: “Toño Sánchez Jr. Ha sido periodista siempre, este magistral relato lo consagra como un escritor que sabe tratar los grandes temas como lo que son, grandes historias. Con un estilo franco su investigación no solo nos da luces –más que necesarias- sobre parte de la verdad del conflicto colombiano, sino que también nos atrapa y nos deleita en su lectura.