De acuerdo con Alicia Ramos Navarro, directora de la Fundación COOntigo, de los jóvenes que egresan anualmente de las instituciones educativas de la referida zona, solo el 30% logra ingresar a la educación superior.
Esa cifra habla de las demás realidades que viven en esos barrios, donde los niños aspiran a ser mototaxistas (según confiesan a sus profesores), lo que indica que lo más común para ellos es resolver el día a día, en lugar de crear una proyección hacia el futuro, factor que podría explicar también la incidencia de embarazos entre los 12 y los 18 años.
Además, debe añadirse que, según el informe de Cartagena Cómo Vamos, el 62% de los colegios se encuentran en C y D, que son los grados más bajos de las Pruebas Saber, porcentaje que se incrementó a partir de la declaratoria de pandemia, afectándose principalmente los planteles públicos.
La Fundación COOntigo considera que los embarazos adolescentes condenan a los individuos a un ciclo mortal, que la EPS Coosalud describe como, a menor edad materna, menor edad gestacional del hijo, menor peso al nacer, menor estado de nutrición infantil y menor nivel de escolarización alcanzado.
“Ese es el ciclo mortal al que nosotros le queremos apuntar”, afirma Alicia Ramos, quien agrega que, el total de embarazos adolescentes va disminuyendo, pero el fenómeno viene siendo cada vez más grave, ya que, solo en 2021, en La Heroica hubo 84 embarazos en niñas de 10 a 14 años; y 1.865 en niñas de 15 y 19 años.
Estos datos dan a entender que uno de cada cinco partos es de madres entre los 10 y los 19 años. De hecho, si se miran las cifras del primer semestre de 2022, se identifica que la situación continúa preocupante, sobre todo, en los barrios Olaya Herrera y El Pozón, donde se registran el mayor número de embarazos. En estos primeros seis meses del año, Cartagena tuvo 1.368 partos en adolescentes.
Fase diagnóstica
Coosalud y la Fundación COOntigo, en su apuesta por favorecer la vida saludable desde las escuelas, implementa su programa ‘Sexualidad Sana’ en los colegios públicos de la Comuna 6, realizó una cartografía social con la Universidad de Cartagena para saber cómo ven los adolescentes el asunto de la sexualidad.
Para tales efectos, se tomó a un grupo de 84 estudiantes de los grados 8, 9 y 10, quienes confesaron tener relaciones de noviazgo, las cuales se vieron truncadas durante la pandemia, por lo cual no ventilaron temáticas sexuales, como tampoco las trataron en los colegios cuando se retornó la presencialidad.
Al respecto, la Fundación COOntigo asegura que, en la Comuna 6 hay algunas escuelas que tienen algunas prácticas respecto al tratamiento de la sexualidad, pero cuando a los estudiantes se les pregunta cómo reciben esa información la mayoría declara que, a través de la web, de las redes sociales o con personas cercanas, que podrían ser parientes o amigos del barrio.
Las fuentes que mencionan los estudiantes constituyen un reflejo del ambiente hogareño en el que crecen, puesto que la mayoría son criados por madres adolescentes, abuelas o tías, la mayoría de las veces en medio de una disfuncionalidad que tiene sus efectos en la sexualidad y, por consiguiente, en los embarazos adolescentes.
De esto se desprende que los familiares son un grupo importante al que se debe enfocar el programa, ya que son ellos los principales sostenes de los mitos sexuales que se manejan entre los adolescentes de los barrios de la Comuna 6.
En segundo lugar, están las amistades; mientras que, en tercer lugar, están los docentes y los profesionales de la salud.
“Pero, increíblemente, ocurre que, muchas veces, los profesores son quienes presentan los mayores tabúes y/o mitos en cuanto a sexualidad. Incluso, hemos encontrado colegios donde los profesores prefieren no hablar de sexo. En cuanto a los profesionales de la salud, también se identifican grandes retos en cuanto al abordaje psicosocial de la maternidad temprana y su rol como actor de confianza”, sostiene Ramos Navarro.
Por su parte, la cartografía social que se diseñó con la Universidad de Cartagena arrojó que los jóvenes se cohíben cuando les hacen preguntas de tipo sexual delante de otras personas, cuando les mencionan la menstruación, el aborto, las zonas íntimas, los embarazos, el coito, etc., lo que finalmente indica que, alrededor del tema, persisten muchos tabúes que les impiden hablar abiertamente, por falta de información veraz.
Aterrizaje del contexto global
En 2016, la Organización Panamericana de la Salud, junto a otras entidades que trabajan, a nivel internacional, en la prevención de embarazos adolescentes, publicaron un documento titulado ‘Acelerar el progreso hacia la reducción del embarazo en la adolescencia’, que aún sigue muy vigente.
En dicho documento se describe, por cada grupo, cuáles fueron los factores que llevaron a muchos jóvenes al embarazo, entre los cuales está la falta de conocimiento sobre sexualidad, el uso irregular de anticonceptivos y la perspectiva de futuro y percepción de sí mismos.
“Es decir, no es un asunto de hablar del cuerpo o de sexo, sino de transformar la percepción que tienen los adolescentes de sí mismos. Ellos crecen viendo que las personas que los crían, además de sus vecinos, todo lo que hacen es para resolver el día a día; y no hay una perspectiva de futuro, que es uno de los componentes que abordamos fuertemente en el programa Sexualidad sana”, argumenta la directora de Fundación COOntigo.
Esa ausencia de perspectiva futurista es tratada por la Fundación, junto a la falta de acceso a educación sexual, a los servicios de salud y al manejo de los anticonceptivos, aspectos que no deben separarse del combate contra la violencia sexual, que parece estarse naturalizando en Cartagena, tomando en cuenta los embarazos en niñas de 10 años.
Ante tales fenómenos, no parece haber en la ciudad una política encaminada a enfrentarlos y eliminarlos, por lo cual uno de los objetivos de Sexualidad Sana es lograr que cada instancia cumpla con su objeto, lo cual incluye a Coosalud como EPS.
Hace tres años, esta entidad de salud lanzó la campaña ‘Hacerlo con responsabilidad está de moda’, mediante la cual se recolectaron experiencias muy significativas, como la del profesor Luis Miguel Bermúdez, a quien conocen como ‘El profesor del sexo’, galardonado como uno de los diez mejores docentes del mundo, por haberle cambiado la vida a muchos adolescentes de Bogotá, pues, a través de la organización de un currículo, logró bajar de 70 a cero los embarazos en la escuela donde trabajaba.
“Entonces, nosotros hemos venido recogiendo muchas de esas experiencias y, a partir de todo ese entendimiento y de escuchar a los niños, niñas y jóvenes en las escuelas, establecimos lo que queremos hacer y lo que vamos a llevar a las instituciones educativas oficiales de Cartagena. Queremos apuntarle a la formación integral de los jóvenes, para que, al final, no solo es que no se embaracen, sino que también tomen decisiones responsables frente a su vida. Aquí estamos hablando, además, de los riesgos del consumo de sustancias psicoactivas, de prostitución y el turismo sexual”, explica Ramos.
Se trata de una serie de factores protectores alrededor de las escuelas, dado que el propósito superior es llevar la salud y la prevención de enfermedades a sus instalaciones, bajo el enfoque inicial de la sexualidad sana, pero abordando otros componentes de manera integral, lo que se traduce en una gran movilización social para lograr el embarazo cero a temprana edad.
Alianza interinstitucional
En principio, la meta de “embarazo cero” se buscará mediante un piloto que se inició en agosto de este año en las escuelas Fe y Alegría y Nuestro Esfuerzo, de los barrios Olaya Herrera y El Pozón, respectivamente, que son las comunidades con mayores índices de embarazos adolescentes.
Pero la gran movilización social contará con un actor público-privado, que contribuirá en cada uno de los cuatro componentes del programa. Uno de ellos es el desarrollo de potencialidades de jóvenes y niños, aspecto que se está ventilando con la Fundación Batuta, de formación musical.
El piloto incluye 150 adolescentes, pertenecientes a las escuelas ya mencionadas. Dentro de este componente también está planteado el ajedrez como una herramienta didáctica que puede salvar vidas, logrando que los niños desarrollen mejores habilidades en convivencia, matemáticas, lenguaje y comunicación.
El segundo componente lo integra todo lo relacionado con el desarrollo de competencias socioemocionales y de conocimientos en salud sexual y reproductiva, mediante una serie de pasos en los que se hablará con los jóvenes a partir de sus vivencias y circunstancias cotidianas, para convertirlas en conocimiento.
Es decir, se trata de recoger lo que ellos ya saben para transformarlo en el objetivo del programa, aplicando lo que se conoce como “Pedagogía dialogante”, con la cual se construye conocimiento a partir de las vivencias del individuo.
Se hace necesaria ese tipo de pedagogía, debido a que los jóvenes ya están cansados de los expertos que llegan, hablan y se van. A cambio de eso, el programa utilizará herramientas como Tik Tok y todo lo que ellos utilizan y les gusta.
El tercer componente consistirá en llevar los servicios de salud a la escuela, para convertirla en un plantel que viva la salud, que permanentemente tenga ese servicio a través de la implementación del centro de servicios generales, de la mano de la ESE y del Dadis, que escogerán un día para ir a las escuelas y llevar todas sus ofertas de servicios, que deben incluir la salud sexual, la salud bucal, la salud mental, etc.
En estas jornadas debe participar toda la comunidad educativa, y la Fundación COOntigo ampliará una infraestructura dentro de la escuela, para que los jóvenes reciban esos servicios.
“No queremos que los jóvenes vean ese servicio como un consultorio. Por eso, de manera creativa, lo que estamos haciendo es diseñar con ellos cómo quieren ver ese lugar, con el objetivo de que allí se genere confianza”.
En el componente número cuatro se contará con la articulación de los actores generadores de confianza, con los cuales se generarán unos espacios para acompañar y aumentar, de mejor manera, esos abordajes a los adolescentes. Por ese proceso deben pasar los docentes, orientadores y rectores y se abordarán aspectos relacionados con las violencias sexuales y de género, rutas de atención escolar y justicia restaurativa desde el Comité de Convivencia y enlace interinstitucional con instituciones de salud.
Además, se abrirán espacios para los padres de familia para favorecer la importancia del cuidado de la salud sexual y potenciar las habilidades parentales que promuevan el fortalecimiento del entorno familiar, especialmente la confianza. Y en cuanto a los espacios de formación para los profesionales de la salud, se ha sumado el grupo Empodera de Afidro, el gremio de los farmaceutas, quienes apoyarán esta labor.
De otra parte, también se les brindará la oportunidad de que los adolescentes salgan de sus sectores a una misión empresarial y escuchen la experiencia y los testimonios de jóvenes talentos cartageneros, algunos de ellos de la Unidad Comunera de Gobierno 6.