Por: Freddy Machado
El jueves pasado, los servidores de los juzgados penales municipales, la oficina de apoyo y el centro de servicios, gritaron al unísono: “la justicia penal está colapsada”.
Las causas de ese colapso son muchas y también, las circunstancias adversas que inciden en semejante descalabro. Es una problemática que está súper-diagnosticada y aparecen, entre otros factores, desde una gerencia de la justicia errada, pasando por plantas de personal muy limitadas y ello está muy ligado al exceso en la demanda de justicia, hasta fallas por falta de inversión en tecnología e infraestructura.
Ocurre que no se atiende la necesidad urgente por construir una ciudadela de la justicia en Bogotá así como Palacios de Justicia funcionales y óptimos en las regiones. Ello permitiría economizar los altos costos por los pagos de arriendos de lujo de edificios en mal estado y el mismo caos se presenta, con las plataformas que supuestamente están concebidas para agilizar los trámites pero que en la Rama Judicial, se caracterizan por la falta de continuidad o por ser muy inestables.
Y el eslogan de “la tecnología llegó para quedarse” que tanto promovió la Judicatura en la pandemia, hoy en día, a pesar de los empréstitos, no se advierte un esfuerzo serio en procurar mejores condiciones de trabajo en favor de los judiciales.
Pues bien, el grito rabioso de los judiciales de los edificios de Convida y del Complejo Judicial de Paloquemao, es por sacudirse de los excesos en su carga laboral, determinados por dos cosas: una, el reparto inequitativo de tutelas y dos, el hecho de que la creación de los centros de servicios se gestionó, desmembrando el equipo de trabajo de los juzgados penales.
La novedad es que en lo que va corrido del año se dispararon los repartos de tutelas (más de 10 tutelas por día) y a ello se le suma, el error de cálculo de los gerentes de la justicia que alegremente pensaron que al adoptar el sistema acusatorio como en EE.UU. todos los procesos finalizarían con preacuerdos.
La cosa no fue así.
La protesta, el grito de los judiciales del edificio Convida y de Paloquemao, se debe analizar a profundidad y el Consejo Superior de la Judicatura se prepara para recibir el próximo miércoles a Asonal Judicial y a los líderes del movimiento para buscar salidas, soluciones y respuestas a una problemática que se repite en otras especialidades.
Amanecerá y veremos.
