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Huérfanos del feminicidio, las víctimas “invisibles” de la violencia de género

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– El investigador y periodista, Yeiver Rivera, autor del libro Ni Una Más Ni Una Menos, la ruta al feminicidio, es un convencido de que el país debe avanzar no solo al castigo y prevención del delito, si no a proteger a las víctimas colaterales que este deja.

– “Si el Estado no garantizó la vida de estas mujeres, es justo que haya una política pública que proteja y brinde atención a sus hijos”.

Bogotá D.C., 24 de noviembre de 2020 (@YRComunicacion) En abril de 2020, Cindy Vanessa Piña Oyola, de 22 años de edad, fue asesinada por su pareja en la ciudad de Neiva. Tres niños de 7, 4 y 2 años de edad quedaron huérfanos y desprotegidos. Oficialmente ninguna autoridad está obligada a responder por ellos.

Estos tres niños son solo un ejemplo de los cientos que hay en el país a la deriva, a la espera que el Estado legisle para ellos, que ese mismo Estado aplique el artículo 44 de la Constitución y defienda sus “Derechos fundamentales a la integridad física, la salud y la seguridad social, la alimentación equilibrada, (…) el cuidado y amor, la educación”.

Este 25 de noviembre cuando el mundo conmemora el Día Internacional de la No Violencia contra las Mujeres, la que año a año cobra miles de víctimas alrededor del mundo, el investigador y periodista Yeiver Rivera hace un nuevo llamado para que los niños que han quedado huérfanos como consecuencia del asesinato de sus madres reciban ayuda, atención y protección por parte del Estado.

“Cada año la cifra de niños y niñas que quedan en orfandad, como consecuencia de este delito, sigue aumentando en el país y el Estado está en mora de legislar para ellos. No podemos seguir diciendo que los niños son el futuro del mundo y que son los primeros que deben recibir atención y ayuda, cuando quienes han perdido a sus madres por la inanición del Estado y sus autoridades, ni siquiera se han identificado o son reconocidos como tal”, señala el periodista.

Y es que en Colombia, desde el año 2015, fecha en que se castiga el feminicidio como un delito autónomo establecido por la Ley 1761, hay más de 600 casos, no oficiales, de menores que han quedado en la orfandad total por el asesinato de su progenitora.

Según el Observatorio de Feminicidio de la Red de Política Criminal Sistémica «Extrema Ratio» UN de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Colombia y basados en publicaciones de medios de comunicación y en el seguimiento realizado de manera artesanal a cada uno de los casos, en el país quedaron huérfanos niños, niñas y adolescentes así:
– 2015: 17
– 2016: 58
– 2017: 137
– 2018: 159
– 2019: 233

Asimismo, se pudo establecer que 71 de estos crímenes fueron cometidos frente a los hijos de la mujer asesinada. Del total de feminicidios registrados, 346 fueron perpetrados por parte de sus parejas o exparejas, lo que conlleva a señalar que estos 346 menores perdieron a sus dos progenitores.

“Suena doloroso, pero real, uno de ellos fue a la cárcel y el otro al cementerio. ¿Quién responde por la salud mental, educación, manutención y desarrollo de estos niños, niñas y adolescentes? Si el Estado no garantizó la vida de estas mujeres, es justo que haya una política pública que proteja y brinde atención a sus hijos”, dice Rivera Díaz, quien ha venido haciendo un llamado continúo para que haya una ley que proteja a los menores.

El investigador y periodista, autor del libro Ni Una Más Ni Una Menos, la ruta al feminicidio, es un convencido de que el país debe avanzar no solo al castigo y prevención del delito, si no a proteger a las víctimas colaterales que este deja. Niños y niñas que son olvidados y ni siquiera contabilizados por las entidades encargadas de prevenir, proteger y castigar.

“No solo se trata de saber cuántos son, dónde están, cuáles son sus condiciones socioeconómicas y de salud, es atenderlos, brindarles apoyo mental, económico, educativo, cultural y social. Los huérfanos del feminicidio son ciudadanos con los mismos derechos tuyos, míos y necesitan que se legisle a su favor”, puntualiza Yeiver Rivera.

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