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18 febrero 2023
Por: Orlando Díaz
“¿Qué es lo que los hace humanos? No es algo que se pueda programar. No se puede introducir en un chip. Es la fortaleza del corazón humano la diferencia entre nosotros y las máquinas”
-Sam Worthimgton-Marcus Wright-
En modo futuro, imaginemos el siguiente escenario,: “A los dieciocho días del mes de febrero de dos mil treinta, siendo las 8:30 am, se instala la presente audiencia de juzgamiento disciplinario. En el registro se deja constancia que está presente el procesado Pedro Pérez y su abogado, el robot “Mister Taylor”. La audiencia la preside el Magistrado Antonio Pérez y lo acompaña su asistente, la robot Margarita. El Magistrado anuncia el sentido del fallo: “será sancionatorio” e informa que los insumos, en un 80%, se obtuvieron de un chatbot”.
En ese contexto -tan lejano y tan próximo-, coincidimos con las afirmaciones de la Dra Gascón, cuando señala que el problema principal no está en que la inteligencia artificial irrumpa en el mundo jurídico, pues el artículo 2 de la Ley 1212 de 2023 autoriza la utilización de las Tics para la gestión y trámite en los procesos judiciales. Por ello, nos parece muy afortunada la reciente decisión de un Juez Laboral de Cartagena, pues ha permitido un debate de mucha actualidad y al tiempo, abrió una caja de Pandora. El proceso referido vincula a un menor que tenia problemas de autismo, sin recursos para sufragar los gastos de copagos y otros menesteres propios de su enfermedad. En esas circunstancias, deberá la Corte Constitucional encargarse del tema y tener en cuenta los estudios realizados por los académicos de Europa. Es evidente entonces que en esta materia estamos en pañales. La pregunta más trascendental, que deberá abordarse es, ¿cuáles son los riesgos que se corren con esas máquinas al servicio de la justicia?
Y, existen más interrogantes: ¿cómo se neutralizan los sesgos? y en especial, ¿qué pasa con la discriminación racial, la aporofobia y los fallos en contra de la perspectiva de género.
No se puede desconocer que son máquinas construidas por humanos y cabe la posibilidad que se les incluyan antivalores e incluso, la filosofía de sus creadores.
Es muy importante además, optimizar mecanismos que permitan a la administración de justicia detectar las falencias de estos robots, a nivel de garantías procesales o derecho de defensa, en procura de una aceptación general de estas máquinas, en punto de la fiabilidad. Después se vendrá el debate de si la rama judicial tiene la autonomía y el control de estos aparatos. Es decir, cuáles riesgos se deben correr y cuáles no?
Sin duda, se hace imprescindible una regulación muy seria, a la manera de un reloj suizo, desde la perspectiva jurídica (incluyendo sanciones disciplinarias y cautelas) como ética, tomando los principios de la ética médica, como son: no maleficencia, beneficencia, justicia. Además, el respeto a la autonomía, prevención del daño (con muchos avances en el plano genético), equidad (principio bien explicado por Ferrajoli) y explicabilidad de la inteligencia artificial.
La inteligencia artificial, como todo progreso, trae consigo delicados peligros, en los que se incluye el desempleo, especialmente en el campo de los servidores judiciales, y se verá reflejado también en una disminución de trabajo para los profesionales del derecho. Hoy, se tiene noticia que la empresa Donopay, debuta en el área administrativa en EE.UU, con robots encargados de la defensa por multas de tránsito, siendo un criterio de su creador Joshua Browden: “llegara un momento en que la I.A se dedicará al mundo de las leyes”.
Otros interrogantes pendientes son: ¿será que en esta aldea global estamos preparados para que los robots se tomen, de manera total o o parcial, la administración de justicia?, o ¿es menester desde ya que se emprendan unos estudios serios, que garanticen en la práctica el control de estas máquinas?, ¿Qué destino queremos para los empleados y abogadoante los riesgos que podrían presentarse en sus trabajos?
Finalmente, ante la deshumanización y el caos evidente que genera este odioso neoliberalismo, ¿será que la inteligencia artificial va tener mucha incidencia en el control de nuestras razas y la disminución de las garantías en todos los ámbitos?
Son muchas las inquietudes e interrogantes que surgen de este nuevo orden. En una próxima entrega seguiremos con este análisis, apenas se abre la Caja de Pandora. Pero, qué bueno para el Distrito Judicial de Cartagena que el debate lo iniciara uno de nuestros jueces…