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Luz Dary Cogollo y los ingredientes para una vida feliz

Luz Dary Cogollo, la cocinera cordobesa que ostenta el premio del mejor ajiaco de Bogotá desde 2017, fue invitada al podcast Buenos Consejos, presentado por Andrea Serna y patrocinado por dolex, a hablar acerca de su historia de vida.

Bogotá, 10 de junio de 2021 – Recientemente, la Asociación Mundial WIN-Gallup y el Centro Nacional de Consultoría (CNC) en Colombia anunciaron los resultados de la encuesta sobre el Índice de la felicidad en el país. El 88% de los colombianos afirmó estar feliz con su vida, posicionando al país en el puesto más alto en la región latinoamericana (75%) y del mundo (40%).

Aunque el estudio evidenció un índice positivo frente a la felicidad, reveló que, por el contrario, el optimismo en Colombia es relativamente bajo a comparación con el resto. Entre los 46 países encuestados, el país registró un índice de optimismo del 5%; siete puntos porcentuales menos que el promedio mundial (12%). Si bien la felicidad es un indicador importante, el optimismo – esa actitud mental de que las cosas van a salir bien – también es un aspecto relevante para medir las percepciones de las personas ante diferentes situaciones.

Luz Dary Cogollo, la cocinera cordobesa que ostenta el premio del mejor ajiaco de Bogotá desde 2017, fue invitada al podcast Buenos Consejos, presentado por Andrea Serna y patrocinado por dolex, para hablar acerca de su historia de vida y de cómo, el consejo de sus padres de ‘creer en sí misma, amar lo que hace y luchar para hacer realidad sus sueños’ ha sido su lema de vida para ser feliz y mantener el optimismo a pesar de los momentos más difíciles.

Luz Dary llegó a la Plaza de la Concordia con un carro de mercado y una estufa de dos puestos a vender patacones; después de siete años de atender a los estudiantes de universidades como los Andes y el Externado, la plaza colapsó y la cerraron para repararla. Inicialmente, el Instituto Para La Economía Social (Ipes) le ofreció a Luz Dary un espacio en un centro comercial, pero ella, acostumbrada a la dinámica de las plazas de mercado decidió no aceptarlo. Más adelante, la cocinera cordobesa aplicó para ser parte de la Plaza de la Perseverancia y finalmente, después de cuatro años, le entregaron su puesto allí, donde se encuentra desde ese entonces. “Este fue un paso muy difícil, porque después de años de avanzar y construir mi espacio en la Concordia el hecho de no poder seguir me generó un dolor muy grande. Decidí no quedarme ‘encerrada’ en mi casa y empecé a investigar y a estudiar”, comentó Luz Dary.

La cocinera cordobesa decidió mantener el optimismo y se propuso salir adelante: asistió a congresos gastronómicos, talleres y charlas. “Con perseverancia llegué a la Perseverancia; y no sólo llegué… lo logré: logré tener mi puesto y clientela” afirmó Luz Dary. “Al principio fue complicado. A veces no vendía ni lo del pasaje para ir a Madrid, (Cundinamarca) donde vivíamos. Yo veía que en La Perseverancia se quedaba la comida mientras que, en la séptima hacían fila por un aguacate y un banano”, agregó.

Luz Dary recordó que sacar ese valor y esa fuerza para no dejarse derrotar y seguir adelante, fue uno de los momentos más importantes en su trayectoria como cocinera. Fue así, como la cordobesa decidió salir a repartir volantes en las calles, portales y restaurantes, manteniendo el optimismo a pesar de las dificultades. Poco a poco, y después de mucho esfuerzo y trabajo, Luz Dary empezó a ver cómo por medio del voz a voz y de sus esfuerzos por hacerse conocer, empezaron a llegar a su puesto de comida, diferentes personas de los alrededores. Actualmente, la gente debe hacer una fila de hasta 40 minutos afuera de la plaza y otros 30 minutos adentro para ser ubicado y atendido en una de las mesas.

Esta cocinera empírica no tiene diploma ni título universitario. Pero eso no ha sido un impedimento para que logre sus objetivos. Siempre ha creído en lo que hace y en lo que le puede brindar a todos, desde el amor, felicidad y optimismo con que le nace cocinar. “Empecé a los ocho años jugando con bolas de tamarindo, revolviendo o ‘batuqueando’ una mazamorra de plátano, y esas son sensaciones que uno nunca olvida” concluyó Luz Dary. Sin duda alguna, los ingredientes para una vida y trayectoria increíbles seguramente se encuentran en la felicidad y el optimismo que nacen de hacer las cosas bien, con amor y con perseverancia.