Por: Maira Alejandra Martínez Castellar.
Comunicadora Social – Periodista y Especialista en Gerencia de Talento Humano
Desde hace algún tiempo vengo reflexionando acerca de los cambios que -se van dando a lo largo de nuestra vida- antes de decidir emprender algún camino que quisiera cultivar me pregunto ¿Qué situación quisiera cambiar?, porque evidentemente estamos en un «empezar de cero».
Más allá del virus que va matando gente a lo largo y ancho del mundo yo creería que es una oportunidad que la vida nos da para resurgir para hacer un pare y andar, (espero yo estar en los que se salvan y tienen la oportunidad de enderezar o de mejorar).
En medio de la crisis he vuelto a nacer, en medio de la soledad del aislamiento, me he dado cuenta de que las cosas más simples de la vida son las que nos hacen verdaderamente feliz, tu sabrás lo que te hace feliz, yo guardo en mi mente lo que a mi.
Escucho a la gente quejarse porque quedaremos en crisis y yo veo todo lo contrario, yo estoy fuertemente convencida que después de esto habrá mucho más. La gente tendrá otras necesidades. Es hora de empezar a idear estrategias para suplir esas falencias con las que quedará el mundo. ¿Cuándo dejaremos de ser tan básicos?.
Alguien me preguntó qué haré después de que todo acabe: me quedé pensando, pero ya se la respuesta que no supe dar en el momento adecuado.
¿Qué haré? más allá de disfrutar cada logro de mi hija, me reinventaré para ser justo eso que quiero que ella sea, las crisis no son más que oportunidades de cambio aunque en el pico más alto de la situación no lo veamos así.
Las crisis nos sacan de esa zona de confort, que nos hace pensar que sería el fin y eso duele, marca. Nos asusta sentir que ese lugar que nos calentaba, nos abandona, nos duele salir de esa comodidad aunque en el fondo era lo que buscábamos.
Más allá de lo que queramos hacer después del COVID-19, soy una convencida que cada día podemos ser mejores, cada día podemos luchar por nuestros sueños y que no son inalcanzables si te lo tomas en serio.
¿Pero sabes qué?, -me digo a mi misma- deja ya de buscar donde no hay, deja de quererte tan poquito, deja ya de permitir que te quieran a medias, tu no necesitas complemento, tu ya estás completa (o)y eso te dará fuerzas para empezar, para ser mejor. Para darte una oportunidad porque tú como yo, la merecemos.
